WASHINGTON.- El gobierno del presidente Barack Obama acusó a agentes del gobierno de Irán de un complot para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos, con ayuda de un miembro encubierto de un cártel mexicano de drogas. Y exhortó a que se intensificaran las sanciones contra Irán y que otras naciones refuercen las medidas en un esfuerzo por aislar más al gobierno de Teherán.
Dos hombres, entre ellos un agente del servicio especial de operaciones extranjeras de Irán, conocido como Fuerza Quds, fueron acusados en un tribunal federal de Nueva York de participar en un complot para asesinar al diplomático saudí, Adel Al-Jubeir.
Funcionarios del Departamento de Justicia dijeron que los hombres trataron de contratar a un supuesto miembro de un cartel mexicano de drogas para que perpetrara el asesinato con una bomba mientras Al-Jubeir almorzaba en su restaurante favorito.
Además, indicó que ella y Obama desean que «más países se unan para cooperar contra lo que se está convirtiendo, cada vez más, en una clara amenaza» desde Irán.
El auto de acusación judicial dice que los conspiradores iraníes contrataron a un asesino a sueldo en México, el mismo que trabajaba como informante a sueldo de la Agencia Antidrogas Estadounidense y que le avisó a las autoridades estadounidenses sobre su plan, que habían denominado como «Chevrolet».
El director del FBI, Robert Mueller, afirmó que muchas vidas se podrían haber perdido. Pero Preet Bharara, procurador federal de Manhattan, señaló que no se llegaron a colocar los explosivos y no se puso a nadie en riesgo debido a la amplia cooperación del informante con las autoridades.
El secretario de Justicia Eric Holder, que se presentó en una conferencia de prensa con Mueller y Bharara, declaró que «Estados Unidos está comprometido a que Irán se responsabilice por sus acciones».
Manssor Arbabsiar, un ciudadano estadounidense de 56 años quien también tiene pasaporte iraní, fue acusado junto con Gholam Shakuri, quien según las autoridades era miembro de la Fuerza Quds y que está prófugo en Irán.
El Departamento del Tesoro dijo que Arbabsiar tiene lugares de residencia en dos ciudades de Texas, en Round Rock, un suburbio de Austin, y en Corpus Christi, en las costas del Golfo de México. La fiscalía dijo que el hombre viajaba con frecuencia a México por asuntos de negocio.
Poco después, el Departamento del Tesoro anunció sanciones económicas contra Arbabsiar.
Holder manifestó que el plan fue una violación flagrante de las leyes estadounidenses e internacionales.
Cuando se le preguntó si el plan contaba con la aprobación de los altos niveles del gobierno iraní, Holder dijo que el Departamento de Justicia no hacía esa acusación. Pero indicó que el complot fue concebido, auspiciado y dirigido desde Teherán.
Estados Unidos considera a la Fuerza Quds como la principal rama de acción en el extranjero para respaldar terroristas y extremistas en todo el mundo.
El presidente Barack Obama fue notificado inicialmente sobre el plan en junio, dijo el portavoz de la Casa Blanca Tommy Vietor.
«Este es un logro significativo para nuestras agencias de inteligencia y del orden, y el presidente está enormemente agradecido por su excepcional trabajo en esta y otras instancias», dijo Vietor.
La Casa Blanca dijo que Obama le comunicó a al-Jubeir en una llamada telefónica que el plan para asesinarlo era una «flagrante» violación de la ley internacional y la de Estados Unidos.
«No permitiremos que otros países usen nuestro suelo como su campo de batalla», dijo Preet Bharara, el fiscal federal en Manhattan, en una conferencia de prensa en Washington con Holder y el director del FBI Robert Mueller.
Arbabsiar contrató sin saberlo a un informante de la agencia federal antidrogas de Estados Unidos para llevar a cabo el plan, dijeron fiscales. Haciéndose pasar por miembro de un cártel mexicano de narcotráfico, el informante se reunió varias veces con Arbabsiar en México, dijeron las autoridades. El precio por el atentado era 1.5 millones de dólares y Arabsiar pagó un depósito de 100 mil dólares.
Arbabsiar fue arrestado el 29 de septiembre en el aeropuerto internacional John F. Kennedy, en Nueva York. Iba a comparecer ante un tribunal federal el martes. Fiscales dijeron que si se le declara culpable enfrentaría una pena máxima de cadena perpetua. Los fiscales dijeron que Arbabsiar ha confesado su participación en el complot. (AP)
mms