Tomando como fondo los trágicos hechos ocurridos en la Plaza de Las Tres Culturas en el México de 1968, Borrar de la Memoria (Alfredo Gurrola, 2011), más que una cinta sobre “el 2 de octubre”, intenta ser un thriller policiaco aunque en realidad, deriva en homenaje (¿involuntario?) a las cintas serie B mexicanas de los años setenta.

 

Tiempo actual, Germán Acosta (Adalberto Parra) es un reportero de nota roja que se obsesiona con el caso de una joven asesinada cuyos restos son encontrados días antes de la famosa marcha de estudiantes en Tlatelolco. A la par de la investigación, mediante el uso de flashbacks, se narra la historia de amor entre Roberto (Rodrigo Virago, siempre al límite de la sobreactuación) joven fotógrafo que por accidente se involucra con Diana (Diana García, no precisamente brillante pero guapa como siempre), una estudiante y activista del movimiento estudiantil del 68. La investigación irá revelando información ligada con los responsables de la matanza, por lo que la vida de Germán corre peligro.

 

A diferencia de la popular Rojo Amanecer (Jorge Fons, 1991), que por cuestiones de presupuesto nunca mostraba escenas de la nutrida marcha estudiantil, Borrar de la Memoria puede presumir de un poco más de presupuesto, mismo que utiliza de manera inteligente: su recreación del México de 1968 es por demás lograda, cuidando no sólo el vestuario y el diseño de arte, sino además el lenguaje y los movimientos de los personajes. Estas secuencias son, sin lugar a dudas, lo más rescatable de la cinta.

 

Pero este es el único acierto que podemos resaltar de esta película que se empantana sin remedio en los clichés del género que pretende homenajear. Desde el uso de malos de historieta, hasta giros de tuerca previsibles, pasando por escenas de acción filmadas sin mucha emoción.

 

Decepción, toda vez que el renombre de los involucrados en esta cinta elevaba las expectativas. La cinta fue escrita por Rafael Aviña, reconocido escritor y crítico de cine al que no obstante la experiencia, le gana el entusiasmo (es su primer guión para largometraje). Y es que el guionista inunda sus diálogos con interminables guiños y citas sobre cine que terminan siendo chocantes. Es como si Aviña intentara demostrar, desesperadamente, que en efecto sabe mucho de cine.

 

La dirección corre a cargo del ya legendario Alfredo Gurrola, director mexicano que en los años setenta ayudó a dignificar el género del cine negro y el thriller policiaco (muy a la mexicana) con al menos una gran cinta (ya de culto): Llámenme Mike. Desgraciadamente, no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después. Y es que justamente ese tiempo ha pasado desde que Gurrola no dirigía una película.

 

Los viejos trucos ya no le funcionan; rumbo al final de la cinta (que apenas y se salva gracias a un cameo extendido del gran Jorge Luke), toda la trama termina por descarrilarse, envuelta en lugares comunes y un giro de tuerca tan predecible como inverosímil. Definitivamente merece borrarse de la memoria.

 

Borrar de la Memoria (Dir. Alfredo Gurrola, 2011)

2 de 5 estrellas.

Guión: Rafael Aviña, Fotografía: Juan Bernardo Sánchez, Diseño de Arte: Mariana Fernández Santollo. Con: Diana García, Adalberto Parra, Jorge Luke, Rodrigo Virago entre otros.