Mala mezcla cuando se combinan soberbia y paranoia. Peor todavía, cuando los resultados son buenos pero insuficientes para competir con el más acérrimo rival. Y si a eso añadimos rencores históricos y presentes polémicos…
Ahí se encuentra atorado el Real Madrid, luego de una encuesta que por primera vez en la historia lo deja como el equipo más antipático de España y detrás del Barcelona en predilección.
Curioso que tras tan complicado siglo veinte español -cuyas turbulencias moldearon las rivalidades del futbol- cambie ahora la opinión pública del país ibérico. Como clamaba la portada del pro-madridista Diario As: “El Madrid se queda solo”.
Pesado pasado
Una frase del escritor catalán Manuel Vázquez Montalbán, describe a la perfección lo que representa la confrontación Madrid-Barça: “la significación del Barcelona se debe a las desgracias históricas de Cataluña desde el siglo XVII, en perpetua guerra civil armada o metafórica con el estado español”.
El barcelonista, aún en éste, su momento de máximo esplendor, tiende a ser victimista y fatalista; dicen que junto a él, un existencialista sería el alma de la fiesta y el Madrid siempre ha sido señalado como metáfora del estado español que reprime o limita.
El historial incluye hechos indiscutibles como el fusilamiento de su presidente en la Guerra Civil o el intento franquista de rebautizar al equipo como “FC España”, más otros hechos no tan probados como que el estado español intervino a favor del Madrid para quedarse en los años cincuenta con el crack Alfredo Distéfano y la eterna acusación de que los árbitros beneficiaban al cuadro madridista.
¿A qué vamos? A que el Madrid nunca fue especialmente adorado en varias zonas de España. Dependiendo de la fuerza del regionalismo o nacionalismo allá donde los merengues jugaran, el tamaño del odio. Siempre en los estadios vascos, valencianos, gallegos, catalanes (con la excepción del Espanyol de Barcelona) la rabia anti-blanca era mayor. Al tiempo, aficionados andaluces, extremeños, manchegos, vallisoletanos, solían simpatizar con un Real Madrid símbolo de orgullo para España.
Arrogancia y paranoia
En la actualidad el Madrid es visto como soberbio por la actitud omnipotente de su presidente Florentino Pérez, especialista en comprar a los mejores jugadores aunque no estén a la venta (y aunque no tengan sitio para jugar).
Pero la nueva razón para la antipatía merengue es el técnico José Mourinho: experto en declaraciones incendiarias, en enemistarse con todos, en convencer a los propios de que alguien artero persigue, en retar, en llegar al fin sin importar con qué medios.
Medio siglo atrás, el Madrid ya compraba lo mejor que había (Distéfano, Kopa, Puskas, Gento, Didí) y eso no implicaba tanto desprecio.
Es quizá un poco la actitud de Cristiano Ronaldo (“me odian por rico, guapo y buen jugador”), más el dinero derrochado, más la impotencia ante un Barcelona brillante y fresco, más las incesantes tormentas de Mourinho, lo que lleva a esta situación.
Si añadimos a lo anterior, el vínculo entre el Barça y el momento más dulce en la historia de la selección española (nunca siete titulares de un campeón mundial provinieron del mismo equipo), entonces es inevitable que las encuestas cambien de lado… Aunque no por ello, el Barça es perfecto y el Madrid terrible.