Cuando ves la ceremonia de inauguración del los juegos panamericanos te das cuenta de la riqueza de nuestro país: de organización, de creatividad, de cultura, de colorido, de infraestructuras, en fin, de lo que se pida, sin duda una gran nación. La misma semana se llevó a cabo el encuentro México vs Brasil en un recinto impresionante como lo es el territorio Santos Modelo un escenario maravilloso.

 

Esos son los los mensajes que México lanzó al mundo y son los que reflejan el verdadero espíritu de un estado que muchos se empeñan en maltratar. Por ejemplo, notamos cómo Estados Unidos se inventó un supuesto complot que nos hizo recordar aquella película de Juan Orol llamada Charros vs Gánsters en donde Johnny Carmenta se enfrentaba a Pancho Domínguez, charro del arrabal, una película casi surrealista como lo es la historia en donde los malvados iraníes, como son incapaces de armar un plan solos, se apoyaron en los narcos mexicanos y entre miles de ellos se toparon con un agente de la DEA y al ser descubierto el iraní con nacionalidad norteamericana soltó toda la sopa y culpa a Irán y a los peligrosos mexicanos, una historia que le dio los “suficientes argumentos” a Hillary Clinton para amenazar a Irán y a algunos congresistas al advertir que México es el gran problema de los Estados Unidos, un sainete de cuarta pero que empaña una vez mas la imagen de nuestro país a nivel internacional.

 

Otra cosa fea fue la actitud de la selección a nacional que, teniendo a Brasil a modo para vencerlo de manera contundente, falla el penal, consiente a un muy mediocre Brasil y termina perdiendo un partido contra diez hombres que tenía ganado, sin duda una desilusionante actuación de un equipo que da para más.

 

Lo escalofriante fue el ver cómo la coalición PRI -PVEM y anexas se las arreglaron para no dejar pasar la modificación para que se reelijan legisladores y se les revoque el mandato, faltaba más, luego dónde ponemos a los plurinominales que tanta gloria le dan a nuestra nación.

 

Y lo bonito fue sin duda la inauguración de la Plaza Mariana. Bonito porque la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe se merecía un lugar de este nivel cuando es el templo religioso más visitado del mundo y bonito porque, por fin, Marcelo Ebrard se tomó la foto con Felipe Calderón sin el temor de que lo regañen las huestes del Peje, sin duda un milagro más de la morenita del Tepeyac.

 

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