Grecia no es el problema de Europa. Sí lo es la banca que le otorgó créditos al por mayor. Un país que representa 2% del mercado europeo no puede trastocar el futuro del modelo político más exitoso del siglo pasado, la Unión Europea. Los británicos, en el papel de caballo de Troya, atizan su discurso a través de Grecia. David Cameron lo externó hace dos semanas cuando prometió a sus gobernados que la moneda Euro no llegará a la isla mientras él se encuentre al frente del gobierno. En el interior del Parlamento ya circula la voz de un referéndum cuyo destino “feliz” conduciría a Gran Bretaña a la salida de emergencia de la Unión Europea. Aplausos.

 

Antes de que la crisis entrara en erupción, los jóvenes griegos de 40 años ya planeaban su jubilación; viajes memorables al Caribe, pensiones generosas, un largo futuro turístico por recorrer y muchos más beneficios, a costa del Estado Benefactor. En realidad, la corrupción amedrentó a éste bajo la anuencia de la clase política. Todo derroche se encuentra al Fondo Monetario Internacional en su camino.

 

El día de hoy, el líder griego George Papandreu irá a la cama con la seguridad de recibir 8 mil millones de euros durante las próximas semanas para cubrir, únicamente, sus compromisos con la burocracia. A cambio, sus tijeras alcanzarán a los viajeros jubilados que se encuentran leyendo una atractiva novela en alguna playa del Caribe.

 

De la bolsa de los jubilados menores a los 55 años, desaparecerá 40%; quienes reciban alguna pensión superior a los mil euros mensuales, les quitarán  20 por ciento. Los griegos privilegiados que tengan algún bien inmueble, recibirán en su recibo de luz, una mala noticia: pagar, al año, 4 euros por metro cuadrado.

 

Grecia cumplirá sus compromisos con el Banco Central Europeo pero el desempleo, en el 2015 llegará a límites impensables; 150 mil burócratas tendrán que solicitar empleo para ese año, esta cifra representa 20% de la planta laboral (burócrata) actual.

 

Lo que ocurre el día de hoy en Atenas no tendría que sorprender a nadie. Como tampoco la banca española se tendría que sorprender por la cantidad de dinero que requiere para pensar en el 2012. La mala noticia para Zapatero, perdón, para Rubalcaba, es que los miembros del Partido Popular, se frotan las manos en espera del 20 de noviembre, día en que se celebrarán las elecciones.

 

El próximo domingo será fecha clave para la banca española. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy aprobarán un fondo de rescate de 400 mil millones de euros para amortiguar la caída de reservas bancarias.

 

Lo que es cierto es que Angela Merkel, se va quedando sola en la conducción europea. Sarkozy ya recibió la visita de las calificadoras. El panorama francés seguirá siendo AAA pero los nubarrones ya se colocaron sobre la Torre Eiffel.

 

El panorama de la Unión Europea es crítico pero no apocalíptico. Cincuenta años de construcción no pueden ser desmantelados por la crisis actual. Son, en realidad, los dirigentes europeos, quienes han provocado el deterioro económico de sus respectivos países. Un referente es Zapatero. Durante su primer gobierno sorprendió a Europa a través de sus políticas sociales. Sin embargo, subestimó los efectos provocados por el estallido hipotecario en Estados Unidos. España era el país más vulnerable en el sector hipotecario gracias a la especulación de constructores y políticos. La fiesta terminó.

 

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