Cuando comenzó a hablar dijo que tenía sueño. Y es que días antes había estado preocupadísima, y ocupadísima, por la visita del Dalai Lama, cuidando ante todo lo relacionado con la seguridad.
Pero ya pasado el momento cumbre, con el cansancio habitual que sucede a la tensión, Elba Esther Gordillo se reunió con los maestros. Había sesión extraordinaria del Consejo Nacional y los temas a tratar eran importantes; primerísimamente, la estrategia a seguir rumbo a las elecciones del 2012.
Y, por supuesto, sacó a relucir algunas de las “traiciones” de que habían sido objeto ella, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y Nueva Alianza. Fue entonces que “la maestra” sacó a relucir el caso de Miguel Ángel Yunes.
Primero les recordó lo que les ha sucedido cuando han promovido “gente de fuera” a algunas posiciones gubernamentales: “Nos han traicionado…”, acusó de manera contundente. Y citó el caso concreto del ISSSTE: “Nos tuvimos que morder la lengua –les dijo–; sin embargo, ya estamos dando la pelea”.
Luego se refirió a lo que pasó en Veracruz durante la elección para gobernador el año pasado, en la que Yunes compitió por la gubernatura con los colores blanquiazules y, supuestamente, el apoyo de Elba Esther y los suyos.
Fue entonces que habló de su “perversidad” –así lo calificó ella misma—y contó:
“Veracruz fue un arreglo de una enorme perversidad de mi parte. Sí, la verdad. Venía (Rafael) Ochoa y me decía: ‘dígame la verdad, ¿vamos con Yunes, va a ganar?’ ¡Sí, sí vamos, métele!”. Y venía el otro, y por el otro lado yo le decía: ‘¡no le aflojen!’, y por mi lado haciendo todo para que Yunes perdiera… Pero si he abierto la boca, las cosas me salen mal. ¡No debía ganar! Y es que, quien se mete con nosotros, la tiene que pagar”.
Sería porque recién había escuchado al Dalai Lama, pero inmediatamente después de esta narración, Elba Esther aseguró creer en el perdón, en la compasión. Sin embargo, indicó, “no olviden que los orientales, cuando deciden que hay que vencer al enemigo, hay que vencerlo con frialdad”.
Y remató con un “¡sí, hice esa perversidad…, pero no llegó! Imagínense que hubiera llegado…, si así está súper protegido; pero las cosas caerán.”
Otras cuentas pendientes tiene por ahí la lideresa del poderoso sindicato de maestros porque, según cuenta, “a veces gente en la que uno ha confiado, se presta para armar lío al interior pensando que me pueden dañar a mí; ¡se equivocan!, hace mucho que estoy más allá de eso”.
Incluso aseguró que ella estaba ahí, al frente del SNTE, “porque es mi deber, punto”, no porque fuera tan agradable porque “hay tantas cosas que tiene que tragarse…”. Y de paso, apenas dejó ver que algún día ella se retiraría, “el día que haya alguien que pueda…, pero con convicción”.
¿A quién se refería? ¿A quiénes descartaba? No lo dijo, dejó la frase suelta y pasó a otro tema. En el auditorio, sólo el silencio respondía.
Gemas:
Regalo del encantador dirigente panista Gustavo Madero. Es un obsequio que no sólo viene envuelto en papel democrático sino que agrega una tarjetita dirigida a mal pensantes y maledicentes: Yo creo que el método (de elección de nuestro candidato) no está diseñado para una persona, para beneficiar o perjudicar a nadie, sino para atender a las condiciones de equidad, de transparencia y certidumbre que nos dan a todos los panistas.
martha.anaya@24-horas.mx | @marthaanaya
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