Estos Juegos Panamericanos dejan claro muchas cosas, comenzando con aquella que nos revela que las competencias deportivas conllevan lo mejor del ser humano.
Así es, cuando vemos a jóvenes de toda América competir por una medalla nos queda claro que cada uno lo hace cargando valores fundamentales y esenciales para el éxito en la vida del hombre como la disciplina, la constancia, la paciencia, el esfuerzo, dedicación y la esperanza. Todos al competir llegaron llenos de ellos y en el momento de la competencia , la mayoría, revela aún más virtudes como el respeto al contrario, a los jueces, al público, a su entrenador.
En fin, que durante éste tipo de competencias, no sé si a usted se le hace un nudo en la garganta, lo mismo por el llanto del que pierde, como por la emoción y la felicidad del que gana, del abrazo entre competidores cuando termina la batalla, por el grito del público emocionado, lo mismo durante la ceremonia de un himno como por el rostro del atleta que nos revela el orgullo de representar exitosamente a su país, al tiempo que honran a sus competidores, ya que sin ellos no se pueden dar esos momentos de gloria deportiva.
Toda una gama de colores, emociones, alegrías, tristezas y que todas juntas al final nos llevarán a sentir una sensación muy especial que será la de la nostalgia de esos días de gloria, de luz , de color, de sonrisas, de juventud y demás cosas maravillosas que tiene la vida humana y que por unos días, tan solo por unos días, confluyen en un evento que hoy México organiza en una ciudad que lo ha sabido hacer de maravilla, Guadalajara.
Pero éstos días no se dan por accidente, estos días son la culminación de un esfuerzo de cerca de 20 años cuando un grupo de empresarios tapatíos iniciaron con la idea de albergar unos juegos panamericanos y que todavía hoy y la semana próxima estaremos disfrutando.
Sin duda mucha inversión, tanto humana como de recursos, que dan como resultado una infraestructura deportiva, urbana, vial y logística de magnitudes sorprendentes, que se quedarán en Jalisco por muchos años y que servirán como generadores de muchas cosas buenas a futuro para ese estado.
Hoy debido al éxito alcanzado ya se escuchó la voz de quienes hablan de unas olimpiadas para Guadalajara y de inmediato de quienes se burlan de ellas, igual como se burlaron cuando surgió la idea de los Panamericanos, pero hay que soñar, seguir soñando porque los sueños no son mas que los planos de los edificios de grandes hazañas, como la que hoy se vive en una ciudad, que ha sabido hacer las cosas bien y de la que hoy estamos orgullosos. Gracias Guadalajara por regalarnos estos juegos Panamericanos, por vivir una justa inolvidable, por ver a tantos jóvenes de tantos países llenos de valores, de espíritu, honradez, vitalidad, tan llenos de alegría, tan llenos de Dios.