El próximo mes de julio votaremos para elegir al nuevo Presidente de la República. También, se supone, los habitantes del DF ungirán al siguiente Jefe de Gobierno. Pero no es así. Ese proceso se definirá mucho antes.

 

El panorama para encabezar el gobierno del Distrito Federal es mucho más complicado e interesante que el presidencial. Veamos: desde que el jefe de gobierno es electo (1994) la capital ha sido bastión del PRD. Han arrasado Cuauhtémoc Cárdenas (´94), Andrés Manuel López Obrador (2000) y Marcelo Ebrard (2006). 2012 no tendría por qué ser diferente. Por ello, la elección interna del Partido de la Revolución Democrática se convierte, de hecho, en la elección para jefe de Gobierno. Pero hay un problema: el método para la selección del candidato no está definido. Y, peor aún, está en manos de un partido fracturado e incierto,  y sin candados institucionales de vigilancia para garantizar un proceso más o menos confiable.

 

Históricamente, los procesos internos del PRD han sido un chiquero. Cuando han decidido abrir la elección, el resultado ha sido un regreso a las peores prácticas del priismo añejo. Compra de votos, acarreos, despensas y hasta amenazas, todo esto documentado por el ex procurador Samuel del Villar en un detallado reporte que mejor decidieron sepultar.

 

Así ganaron Amalia García y Rosario Robles. Para cuando ganó Jesús Ortega, ya sólo votaron delegados al Congreso Nacional. Tampoco quedaron contentos, porque muchas tribus se quedaron sin las cuotas de poder a las que estaban acostumbradas.

 

¿Ahora cómo le irán a hacer? No es cosa menor. El ganador será el próximo jefe de gobierno, así que tendrá que ser consulta abierta, pero sin órgano electoral supervisor de por medio.

 

Aspirantes sobran. Del gabinete de Ebrard, Mario Delgado y Miguel Angel Mancera. Alejandra Barrales, Presidenta de la Asamblea, con apoyos discretos pero sólidos. El gallo de AMLO, Ricardo Monreal. Los rijosos, Martí Batres y Gerardo Fernández Noroña, buscando apoyo del clan Bejarano, pero rechazados en general. Más los que se agreguen.

 

Lo deseable: que haya un proceso abierto, limpio, que deje felices a todos y que salga un candidato de unión que represente a toda la izquierda y que, sin duda, sería el próximo jefe o jefa de gobierno del Distrito Federal.

 

Lo probable: un proceso lleno de irregularidades y protestas, que no satisfaga a nadie y que resulte en una división que produzca dos o hasta más candidatos de izquierda, partiendo el voto y exponiéndose a la posibilidad real de perder el DF. Y entonces si, habría que esperar hasta julio.

 

TUITS

¡Qué tino! La semana que le otorgan la Belisario Domínguez a Cuauhtémoc Cárdenas, Wikileaks lo acusa de socabar a López Obrador en el 2006. ¿Creíble?

 

Hablando de AMLO, aparentemente ofrece paz a los más prominentes miembros de la “mafia del poder.” Del dicho al hecho…

 

Hasta el momento, los Panamericanos son un éxito, y nadie ha podido colgarse medallas, mas que los deportistas.