Interesados e involucrados como pocas veces en la sucesión presidencial de México, en Estados Unidos siguen con lupa cada movimiento y decisión de los actores políticos mexicanos. Cada paso, cada acción de candidatos y partidos es evaluado a la luz del interés estadounidense centrado, este 2012, en el tema del narcotráfico y su violencia, vistos como amenaza de seguridad nacional para ellos.

 

Agencias de seguridad, partidos políticos y la Casa Blanca juegan su juego en la sucesión mexicana. Ya sea a través de su embajada o directamente en Washington registran, opinan y comentan los pormenores de la carrera presidencial en México, en busca de asegurar que quién gane aquí la presidencia garantice continuidad en la política de seguridad que ha seguido Calderón.

 

Por eso en círculos militares y de seguridad de Washington no cayeron nada bien los recientes nombramientos que hizo el PRI en su Comité Ejecutivo Nacional de varios ex gobernadores a los que el Pentágono, la DEA y el FBI ubican como vinculados al narcotráfico.

 

Las designaciones de Ismael Hernández Deras, José Reyes Baeza, Enrique Martínez y Martínez, Eugenio Hernández, y Jesús Aguilar Padilla, provocaron escozor entre jefes militates y de seguridad estadunidense, que han comentado a representantes mexicanos que les preocupa el mensaje que manda el PRI al integrar a ¨políticos señalados¨, para ellos, por tener ligas con grupos criminales.

 

Aunque a ninguno de esos ex gobernadores los han acusado formalmente en México, y se les asocia en frecuentes rumores y presuntas investigaciones, en áreas de la seguridad estadunidense tienen a varios de ellos en listas oficiales de políticos  ¨asociados al narcotráfico¨, por lo que sus nombramientos en el PRI, dicen, hacen ver mal a ese partido.

 

Si a eso se suman los mensajes enviados por el presidente Calderón en su reciente entrevista al NYT, donde asocia a algunos priistas con la idea de “pactos con la delincuencia”, está claro que lo dicho por el presidente va en la misma línea que hace que en Washington empiecen a ver con desconfianza el posible regreso al poder del viejo partido.

 

NOTAS INDISCRETAS

Ante las versiones que le adjudicaban una declaración que ligaba a los “matazetas” con efectivos de la Marina, el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, tomó el telefono y llamó directo al despacho del almirante Francisco Saynes. “Almirante yo no declaré nada de eso, le llamo para que no se crea esas ma….”. La llamada del mandatario llegó cuando en la Marina ya se preguntaban, molestos, qué le pasaba. Y se desactivó el enojo… En la reciente pasarela de la CIRT muchos notaron la diferencia en la seguridad que trae cada candidato. Mientras el resto llegaron con poca seguridad o incluso algunos, como López Obrador, sin escoltas, Enrique Peña Nieto aparece “blindado” por un gran número de guardias, varios de tipo militar, que siguen de cerca los movimientos del priista. Incluso hay un militar, que fuera de la guardia presidencial de Vicente Fox, que hoy no se despega de Peña. Los riesgos de seguridad del precandidato priista son evidente, pero la pregunta es cuánto cuesta una seguridad de ese nivel y ese tamaño y quién a paga.. A partir del sábado el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, tendrá un dilema cuando llame por la red a su secretario de Gobierno, Fernando Manzanilla: le dirá “secretario” o le preguntará “¿qué pasó cuñado?”. Porque el sábado Manzanilla se casó con la hermana del gobernador Gabriela Moreno Valle, y ahora el gobernador tiene como segundo de abordo en el estado a su cuñadito… Doble Escalera de los dados. Bien inicia la semana.

 

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