Poco o muy poco se ha hablado públicamente en México sobre el impacto que tuvo la crisis financiera global en el mercado hipotecario del país. El golpe que recibieron sofomes, bancos, la Sociedad Hipotecaria Federal y los deudores fue durísimo, a tal grado que expertos y banqueros protagonistas del sector hablan en voz baja de ‘una crisis sólo comparada a la que sufrieron las hipotecas en 1995, después de la devaluación del peso’.

 

De hecho, a tres años del estallido de aquella crisis en 2008 –que cimbró el sector hipotecario del país y que puso en riesgo la estabilidad del sector financiero– allí siguen las consecuencias que se ven reflejadas en elevadas carteras vencidas, en intermediarios en proceso de liquidación, fusión o de inyección de capital, y en pérdidas ‘virtuales’ que la banca de desarrollo asumió para ‘rescatar’ a las hipotecarias y que –por las modalidades financieras adoptadas– irá reconociendo a lo largo de los próximos años.

 

En el Reporte sobre el Sistema Financiero que ayer presentó el Banco de México se reconoce parcialmente esta situación. En las conclusiones, dice el banco central, haciendo un balance de los riesgos: “El financiamiento canalizado a estos intermediarios (Sofomes) se redujo desde el inicio de la crisis, y ese fenómeno ha afectado de manera particular a las sofomes hipotecarias, que se encuentran expuestas a mayores riesgos debido a descalces en sus balances y elevados índices de morosidad”.

 

Las cifras que da a conocer el propio Reporte así lo atestiguan. El índice de morosidad de las sofomes y sofoles hipotecarias prácticamente se multiplicó por cuatro entre 2008 y 2011 al superar 20%, mientras que las pérdidas se multiplicaron, por lo que el rendimiento sobre los activos fue negativo en alrededor de 50% a finales de 2009 y cerca de 30% en junio de 2011. Una quiebra virtual del sector, por lo que su exposición al riesgo, como dice el banco central, es elevado. Y no estamos hablando de cacahuates: El Reporte del banco central señala que los activos de las sofomes y sofoles hipotecarias ascendían en abril pasado a 114 mil millones de pesos, 34.5% del sector; pero lo interesante es que en 2008 –cuando estalló la crisis hipotecaria– alrededor de 38% del total de estos activos con respaldo hipotecario estaba en manos de las Sociedades de Inversión de los fondos de pensiones (siefores), y desde 2009 en su gran mayoría –alrededor de 70%– está en manos de la Sociedad Hipotecaria Federal.

 

La crisis del sector hipotecario en México es evidente por las cifras que alcanzamos a conocer, por los resultados de los intermediarios y por los testimonios de sus protagonistas. Sin embargo en esta grave crisis hipotecaria de bajo impacto mediático –por un ‘buen manejo’ desde las oficinas gubernamentales– todavía hay más preguntas que respuestas, hay más historias por revelar que hechos conocidos, hay más cifras ocultas que aquellas que han sido expuestas, hasta ahora, a la luz.

 

Y este Reporte del Sistema Financiero del Banco de México nos lo recuerda.

 

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