CIUDAD DEL VATICANO. El Papa Benedicto XVI reservó hoy un pasaje de su discurso por la paz y la justicia en el mundo a deplorar la violencia provocada por el negocio de las drogas, ante 300 líderes religiosos en la localidad italiana de Asís.
En la Basílica de Santa María de los Angeles, a unos cuatro kilómetros de la ciudad del santo Francisco, el pontífice pronunció un mensaje durante el cual analizó las causas de la discordia en la actualidad, desde el terrorismo religioso hasta el fanatismo ateo.
Se refirió a la “decadencia del hombre” que provoca un cambio de clima espiritual que margina a Dios de manera silenciosa y, por tanto, más peligrosa.
Alertó también contra la degeneración del deseo de felicidad en un afán desenfrenado e inhumano, como se manifiesta en el “sometimiento a la droga” en sus diversas formas.
“Hay algunos poderosos que hacen con ella sus negocios, y después muchos otros quedan seducidos y arruinados por ella, tanto en el cuerpo como en el alma. La violencia se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra juventud en algunas partes del mundo”, afirmó.
“La adoración del tener y del poder se revela como una anti-religión, en la cual ya no cuenta el hombre, sino únicamente el beneficio personal”, agregó.
Según el líder católico como la contraposición y el uso de la fuerza llegan a convertirse en algo “normal”, destruyen la paz y, en esta falta de paz, el hombre se destruye a sí mismo.
Advirtió que la ausencia de Dios en la sociedad lleva al decaimiento del hombre, mientras su negación le corrompe, le priva de medidas y le lleva a la violencia. (Notimex)