Unos 200 ciudadanos mexicanos fueron asesinados con armas que la ATF dejó introducir a México como parte de la operación “Rápido y Furioso”, informó hoy el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Darrell Issa.
“Estamos hablando de gente asesinada en ambos lados de la frontera. Se estima que unos 200 mexicanos fueron asesinados por armas que nuestra administración, nuestro gobierno, permitió que pasaran”, dijo Issa en una entrevista con la cadena CNN.
Issa, cuyo comité investiga el operativo y la participación de funcionarios federales, criticó la falta de disposición plena a cooperar a pesar de que dos de las armas fueron usadas también para asesinar al agente de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry.
La investigación de Issa, legislador republicano por California, ha sido criticada por el demócrata de más alto rango del Comité, Elijah Cummings, quien ha sugerido en público que la pesquisa de “Rápido y Furioso” tiene fines políticos.
Interrogado sobre esas probables motivaciones políticas detrás de su investigación del fallido operativo, Issa respondió: “Espero que no”.
La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, criticó este jueves en una audiencia legislativa la lógica de la polémica operación “Rápido y Furioso”, pues sostuvo que no se deben dejar “fuera de control” armas de alto poder.
Apenas este mes el Comité emitió un citatorio al procurador general de Justicia, Eric Holder, y a altos funcionarios del Departamento de Justicia para que entreguen documentos sobre su papel y conocimiento de “Rápido y Furioso”.
La ATF anunció la semana pasada que llevará a cabo una reestructuración general de la agencia y una revisión de sus tácticas, a raíz del operativo que permitió la entrada ilegal de más de dos mil armas a México. (Notimex)