Este fin de semana es 100% mexicano. Toda la ciudad de México se ha cubierto de flores de cempazúchitl: desde el paseo de la Reforma a museos que buscan pescar nuevos visitantes con sus megaofrendas. A mí me encanta esta época, porque estos días nos invitan a recordar a nuestros seres queridos que nos han dejado con algarabía y diversión. Sólo los mexicanos sabemos cómo hacerles justicia celebrando la vida y la muerte.

 

Al ver el color naranja intenso de estas flores, inmediatamente llegan a mi memoria los aromas del mole y los anafres cocinando tasajo y tlayudas que me transportan a las afueras de la ciudad de Oaxaca a Teotitlán del Valle. Ahí, participé en el día de muertos más auténtico en mi vida.

 

Todos los sentidos deben de estar alertas, ya que sólo así tienes una verdadera apreciación de lo que está pasando. Las flores ofrecen un manjar para la vista. El naranja, amarillo y morado predominan. Abundan en los mercados. En los panteones, las flores están arregladas con cuidado sobre las tumbas en forma de cruces. Además sus pétalos son usados para indicar el camino que deberán seguir los muertos para visitar a sus seres queridos. En la noche las velas, combinadas con los ruidos de la gente y la música, le regresan la vida al panteón normalmente desolado y olvidado. La música funciona como un termómetro para indicarnos el momento en que se encuentra la festividad: al principio, cuando la gente espera la llegada de sus muertos es ruidosa y festiva. Al final, cuando es el momento de su retirada al más allá, es sobria y fúnebre. Las familias visitan los panteones varias veces. Primero para decorar sus tumbas, después llegan las bulliciosas familias para comer y beber con sus seres queridos y en algunas comunidades también se despiden de sus muertos en silencio con otra reunión familiar. No todos los muertos llegan al mismo tiempo, primero llegan los niños una noche y la siguiente los adultos. Es un ritual complejo, lleno de significado,  donde no sólo se trata de honrar a los muertos, sino también de estar con la familia y formar parte de una comunidad.

 

Para entender esta festividad tan compleja, se necesita un guía. No hay manera de hacerle justicia a mi visita a Oaxaca, sin hablar de la gente a quien conocí y con quienes platiqué en los mercados, en los panteones.  Mientras escribo, más que imágenes, lo que regresa a mi mente, son las personas con las que interactué en mi viaje y las conversaciones que tuve con ellas. Todavía escucho los murmullos y sonidos melódicos de la lengua zapoteca que envolvían el mercado de Teotitlán del Valle y veo como indígenas procedentes de comunidades rurales cercanas se arrebatan las mejores flores para llevarle a su muertito, mientras que se saludaban afectuosamente y platicaban como si el mercado fuera el lugar para ver a gente y ser visto. Platiqué en éste mismo mercado sobre los panes tradicionales de esta época, moles, quesos, el tostado perfecto de cacahuates, el cultivo de tejocotes y chayotes, los camarones del Istmo y aprendí sobre la vida cotidiana en los lugares aledaños. En los panteones aprendí sobre la relación que tienen los oaxaqueños con los seres queridos que se adelantaron y entendí que este es uno de los días, en que uno vuelve a casa para ser acogido por los que todavía están.

 

Que te puedo decir, fueron unos días memorables. Todavía el día de hoy agradezco la suerte que tuve de acompañar a mi querido amigo y excepcional fotógrafo Ignacio Urquiza en este recorrido. Es la primera y ultima vez que he estado en un panteón a media noche tomando fotos en medio de la obscuridad, donde mi única compañía eran mi cámara y mi tripié. Pero también de los viajes más emotivos donde entendí el verdadero significado que tiene esta fecha para tantos mexicanos.

 

Sin duda esta época de muertos es para vivirse, para sentirse, pero sobre todo para disfrutarse. Pocas veces tenemos la oportunidad de acordarnos de nuestros muertitos, sus historias, su legado.

 

Y HABLANDO DE COMIDA…

 

Y hablando de rincones de nuestra República e historias que llegan directo al corazón. Déjame contarte sobre una experiencia culinaria fenomenal que viví esta semana. ¡Fue tan buena que comí en el mismo restaurante el martes y el jueves!

 

Al igual que muchas cosas en México, el fenómeno del chef mexicano “estrella” también se encuentra centralizado. Claro, me vas a decir, pero está fulanito en Oaxaca o menganito en Monterrey. En mi opinión el número de chefs que brillan en otros rincones de la República es limitado. Roberto Solís, es un chef que yo en lo personal he venido siguiendo desde el 2003 cuando abrió las puertas de su restaurante Néctar en la ciudad de Mérida.  Ha trabajado en las mejores cocinas, incluyendo “The Fat Duck” en Inglaterra y “Noma” en Dinamarca (hoy en día considerado el mejor restaurante del mundo).  En su cocina brillan los ingredientes yucatecos en presentaciones modernas con mucho sabor.

 

Hasta el 30 de octubre Azul Condesa está ofreciendo un Festival de Cocina Yucateca Contemporánea con Roberto Solís. Sin duda, Azul Condesa se ha convertido en uno de mis restaurantes favoritos cuando pienso en comida mexicana. El lugar es informal y la comida se prepara con corazón. Además es de los pocos lugares donde uno se puede sentar en una terraza que es de no fumadores en un ambiente fresco y agradable.

 

Te cuento sobre el menú. Primero para botanear comí el carpaccio de kastakan (pork belly) con mayonesa de achiote, rábano y chile habanero. El plato es una delicia. Después llegaron a la mesa unos pulpos crocantes con cubitos de papa; así como las tostaditas de venado y plátano macho. De segundo tiempo, comí el filete de venado yucateco con cebolla caramelizada y puré de yuca con salsa de naranja agria y para rematar un delicioso cerdo pelón (una raza de cerdo sin pelaje, de color café obscuro que sólo se encuentra en la región de Yucatán). Sin duda fue lo mejor de ambas tardes. La carne se deshacía y su exterior era crujiente. El plato venía montado con un rectangular tamal aderezado con unas gotitas de aceite de trufa y un polvo de anís estrella.  Para acompañar, la comida escogí de la amplia carta de vinos mexicanos el Vena Cava “Big Blend” Syrah-Zinfandel elaborado por Phil Gregory, un inglés que ha abierto un hotel con viñedo en el Valle de Guadalupe. El vino estaba balanceado, redondo. Sin duda también fue otro descubrimiento.

En el poco tiempo que lleva abierto Azul Condesa se ha convertido en un referente para comer comida mexicana tradicional, pero además, para mostrarnos lo mejor que tenemos en nuestro país, no sólo en cuestión de platillos, sino también de chefs.

No se que plan tengas para este domingo, pero si estás en el DF no te puedes perder el último día que estarán sirviendo el menú del Festival. Además, en donde te encuentres, aprovecha que nuestro querido México se cubrirá de colores de cempazúchitl. Es un día ideal para salir a pasear y disfrutar de la increíble riqueza cultural de nuestro país.

Espero que tengas un maravilloso domingo y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!

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Azul Condesa
Nuevo León 68
Col. Condesa
Tel. 5286-6268

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¿Qué está pasando en el mundo? En Roma, Italia montarán un altar y celebrarán la Misa Panamericana con música de Mariachi en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén. Además montarán un altar de muertos se podrá visitar desde las 18:30 horas locales (17:30 GMT) en la sala San Bernardo del templo y la celebración de la misa será a las 19:30 horas locales (18:30 GMT), seguida de una convivencia con comida típica mexicana.

 

Apps que tienes que conocer. Nombre: Chefs Feed. Tipo de App: Guía Restaurantes en Estados Unidos elaborada con la recomendación de los mejores chefs de los Estados Unidos. Descripción: ¿Quieres ir a comer a los lugares favoritos de los chefs y además pedir los platillos que recomiendan? Olvídense de Zagat, esta es la oportunidad de para viajar a los Estados Unidos y probar comida de verdad. Costo: Gratuito.

 

¿Qué no te puedes perder en el DF?  ¡Las ofrendas! El Gobierno del Distrito Federal organizó por quinta ocasión la Ruta de los Muertos en conjunto con todas las delegaciones. Te incluyo el enlace para que conozcas todo el programa. http://www.cultura.df.gob.mx/index.php/sala-de-prensa/boletines/5867-657-11

 

 

ana@anasaldana.com