En las últimas semanas la esfera de la opinión pública se ha volcado sobre la propuesta de gobiernos de coalición y la discusión sobre el tema sigue al día de hoy su curso en el contexto más amplio de un ya largo debate en torno a la reforma política. Dada la relevancia que ha tomado este tema, siempre resulta un ejercicio enriquecedor el voltear a ver hacia otras latitudes y preguntarnos cómo funcionan los gobiernos de coalición en dichos lugares. Tomaremos aquí algunos países de América Latina, a manera de ejemplo, dada la afinidad histórica, política, social y económica que comparten con México.

 

Las experiencias latinoamericanas se han demostrado en general a favor de los gobiernos de coalición. Si observamos las estrategias de muchos presidentes como el de Bolivia, Brasil, Chile y Uruguay, podemos rescatar que en estos casos se ha optado por la negociación y la cooperación formando así coaliciones de gobierno con mayorías legislativas. Esto significa que “esta modalidad de gobierno se ha mostrado como el formato más eficaz para enfrentar y resolver el problema del presidente minoritario”. (Chasquetti, 2001).

 

En Bolivia, para que se lleve a cabo una elección presidencial, es necesario que se dé una mayoría absoluta en la primera vuelta, si esto no sucede, se lleva a cabo una segunda vuelta en el congreso con los dos candidatos más votados. Desde 1985, esta disposición institucional ha estimulado los pactos partidarios con el fin de apoyar al gobierno. “En Uruguay existen disposiciones para la nominación de los directorios de las empresas y entes del estado que exigen una mayoría especial de tres quintas partes del Senado. Este instituto (Senado) ha impulsado desde siempre la negociación partidaria, pero en tiempos de coalición se ha transformado en un instrumento estratégico para la búsqueda de mayorías legislativas”. (Lanzaro, 1998; Chasquetti, 1999).

 

Casos más específicos como los de Chile, Brasil y Colombia demuestran cómo los gobiernos de coalición han evitado los bloqueos políticos y han logrado que se lleven a cabo las agendas legislativas necesarias.

 

Los gobiernos de coalición han sido importantes para Chile ya que han logrado un proceso de cambio democrático que abarca reformas y leyes necesarias para el país logradas aun con un gobierno de minorías legislativas. ¿Cómo se logran las negociaciones? En el caso de Chile, cuando se forman gobiernos de coalición desde el Poder Ejecutivo se llevan a cabo a partir de acuerdos partidarios en cuanto a la designación del candidato presidencial y la formación del gabinete. “Chile negocia previamente cuál será la participación de cada uno de los partidos de la coalición dentro de los ministerios (o secretarías).” (De la Paz Pérez, 2011). Cuando se forman desde el Poder Legislativo, en el sistema binomial, los ciudadanos deben elegir a dos diputados y dos senadores propuestos por las coaliciones y esto obliga a que sea necesario negociar una lista en común. Los últimos cuatro gobiernos en Chile han pertenecido a la coalición de la Concentración de Partidos por la Democracia.

 

 

 

Brasil: federalismo fuerte

 

El caso de Brasil es otra prueba empírica de que a pesar de que existen dificultades para la formación de coaliciones, éstas han funcionado para que no exista inestabilidad ni inmovilismo político y evitar así bloqueos y permitir la implementación de políticas públicas de fundamental importancia. Aún cuando en Brasil existe un sistema multipartidista conformado por una extensa pluralidad de partidos políticos lo que hace difícil las negociaciones, esto no ha impedido que desde 1985 hasta Luis Ignácio Lula da Silva se hayan logrado gobiernos de coalición.

 

 

Algunas dificultades que se han presentado para que las coaliciones se mantengan unidas en Brasil son los mandatos fijos y un federalismo fuerte. En el caso de los mandatos fijos se muestra en la práctica que muchas veces, cuando se acercan nuevas elecciones, existen nuevos actores en búsqueda del poder que rompen con acuerdos previos. El federalismo fuerte puede llegar a afectar, ya que actores como diputados y senadores locales dejan de apoyar al ejecutivo por mantener lealtad en su región o localidad. Como estrategia, Mainwaring plantea que es importante la construcción de coaliciones con los partidos, pero también es importante que se satisfagan las demandas regionales.

 

 

 

Gobernabilidad colombiana

 

Otro caso relevante es el de Colombia. El actual presidente Juan Manuel Santos tiene una coalición con los cinco partidos mayoritarios en el Congreso, donde 78% del Senado y  86% de la Cámara de Representantes lo respaldan (Prieto, 2011). Los resultados de esta coalición, según palabras del ministro del Interior, Germán Vargas, “se sintetizan en una palabra: gobernabilidad. Gobernabilidad para definir prioridades y gobernabilidad para concretarlas”. Marcela Prieto Botero en su artículo ¿Para dónde va la Unidad? plantea que “la Unidad Nacional como va, va bien. Las diferencias se han podido subsanar, las peleas han sido sanas y constructivas para nuestra democracia y el resultado global de esta primera legislatura es evidentemente positivo”. En la legislatura 2010-2011 se aprobaron reformas estructurales que el país demandaba, después del paso de la política de Seguridad Democrática del ex presidente Uribe. Fueron en total 45 reformas, de las cuales destacan la Ley de Víctimas, la Reforma Política, el Estatuto Anticorrupción y la reforma constitucional de Sostenibilidad Fiscal (Vargas, 2011). contorno

 

 

 

Referencias

 

-Chasquetti, Daniel (1999) Compartiendo el Gobierno: Multipartidismo y Coaliciones en el Uruguay (1971-1997), Revista Uruguaya de Ciencia Política (Montevideo: FCU-ICP) Nº10.

 

-Chasquetti, Daniel (2001). Democracia, multipartidismo y coaliciones en América Latina: evaluando la difícil combinación. Taller de Gráficas y Servicios S.R.L. Argentina.

 

-De la Paz Pérez Farca, Tania. (2011) Las coaliciones de gobierno. Editorial Porrua. México.

 

-Lanzaro, Jorge (1998). Uruguay: las alternativas de un presidencialismo pluralista, Revista Mexicana de Sociología (México) Vol. 60, Nº 2.

 

-Mainwaring, Scott. (1995). Pluripartidismo, federalismo fuerte y presidencialismo en Brasil. Presidencialismo y democracia en América Latina, Buenos Aires, Paidós, 2002.

 

-Prieto, Marcela (2011). De Uribe a Santos: la Unidad Nacional, el elemento diferenciador. Portal electrónico Razón Pública.

 

 

-Vargas, Germán (2011). La unidad nacional: balances y perspectivas. Discurso para el conversatorio “Gobiernos de coalición en América Latina”. Bogotá, Colombia.