El municipio de La Piedad es una zona ganadera y de cultivo de granos, pero también forma parte del corredor estratégico del crimen organizado, por el que transitan drogas como cocaína, heroína y marihuana.
Se ubica al norte del estado de Michoacán y es geográficamente importante para los traficantes por su colindancia con los estados de Guanajuato y Jalisco. Los reportes del gobierno mexicano lo ubican como uno de los ocho municipios más peligrosos de la entidad, junto con Apatzingán, Ciudad Hidalgo, el puerto de Lázaro Cárdenas, Morelia, Uruapan, Zamora y Zitácuaro.
Su población es cercana a los 100 mil habitantes, de acuerdo a las cifras del INEGI, y predominan los jóvenes, siendo la edad promedio de 25 años. Las estadísticas muestran que los delitos de mayor incidencia son el robo, las lesiones, daño en las cosas y los homicidios.
Los reportes de gobierno también ubican como operadores en la región a los cárteles de La Familia, Los Caballeros Templarios y los Zetas, quienes se han disputado el territorio desde 2004.
En el municipio de La Piedad los enfrentamientos con las autoridades se incrementaron a partir de 2007. Uno de los más recientes ocurrió el pasado 27 de octubre, cuando personal de la SEDENA y agentes federales enfrentaron a un grupo de hombres que les disparaban con fusiles de asalto.
Uno de los antecedentes más significativos, previo al crimen del presidente municipal de La Piedad, Ricardo Guzmán, ocurrió el 22 de marzo de este año, cuando un grupo de sicarios le disparó a quemarropa, muy cerca de su casa, al director de Seguridad Pública del municipio, José Luis Guerrero Morales, conocido como “El Dragón”, quien había asumido el cargo apenas dos meses antes, tras la renuncia de su antecesor por amenazas del crimen organizado.