La literatura infantil y juvenil conquistó el mercado mexicano. En los últimos tres años la producción de títulos y ejemplares, así como las ventas han ido en aumento. Hoy su tiraje supera al de los libros de literatura en general y su facturación es la quinta más alta en la industria editorial en el país.
En 2008 y 2009 los libros infantiles se consolidaron como los ejemplares más producidos después de los de educación básica. Cifras de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) muestran que representaron 11% y 12%, respectivamente. Tan sólo en 2009, al sumar la producción para niños y jóvenes estos alcanzaron 15% del total.
El número de títulos ofrecidos también se incrementó, de dos mil 633 en 2008 a dos mil 478 un año después; sólo después de los que se ofertaron de educación básica, así como de ciencia y tecnología, y por arriba de los de filosofía, sicología y literatura.
La directora de la edición 31 de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), Claudia Reyes Toledo, subraya la importancia de este tipo de producciones en un país donde la tercera parte de la población tiene entre 0 y 18 años.
Previo al inicio de la feria, el próximo 11 de noviembre en el Centro Nacional de las Artes, comenta que los niños, adolescentes y jóvenes se han convertido en lectores asiduos y exigentes, difíciles de cautivar. Reconoce en este sentido que a través de las aulas, bibliotecas escolares o de la propia comunidad, los amigos, familiares, incluso en círculos o tardes de lectura se les ha acercado a los libros.
También ha contribuido la especialización en literatura infantil y juvenil que ahora ofrecen instituciones como la Universidad Iberoamericana y la UNAM a través de diplomados, explica la también directora de Promoción Editorial y Fomento a la Lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Por su parte, Laura Lecuona, gerente de Literatura Infantil y Juvenil de ediciones SM, considera que el reimpulso a las bibliotecas de aula y escolares de la SEP en los dos últimos sexenios propició en mucho el boom de la literatura entre este sector de la población.
Explica que con tales iniciativas las editoriales se fortalecieron al vender a los planteles educativos libros para los menores; menciona incluso que surgieron empresas independientes y orientadas específicamente hacia los niños y jóvenes.
En cuanto a las ventas de libros en este segmento, las cifras de la industria registran 572.5 millones de pesos en 2008 y de 628 millones al año siguiente. Esta facturación fue superada sólo por la que reportaron los segmentos de educación básica, lenguas, tecnología y ciencia, así como literatura.
Destaca que, por sí sola, la literatura juvenil no representa más de 3% del total de la producción de títulos y ejemplares en el país, sin embargo también ha registrado incrementos.
De acuerdo con la CANIEM, sólo la producción de libros para jóvenes pasó de 3.5 millones en 2008 a 3.7 millones en 2009; mientras que la facturación subió de 189.5 millones de pesos a 287 millones de pesos en el mismo lapso.
Claudia Reyes se refiere a la complejidad de definir la literatura juvenil porque no está clasificada específicamente, a diferencia de la infantil. “Un niño de 0 a 10 años lo tienes cautivo; el joven no, escoge lo que le da la gana y con suerte se lo compra, si no se lo vuela o si no, con suerte, lo fotocopia”. Los jóvenes, agrega, pueden elegir qué obra consultar sin que ésta sea precisamente para ellos.
Bajo este panorama, las editoriales tienen hoy una gran oportunidad, dice Laura Leucona de Editorial SM. Hoy los niños, adolescentes y jóvenes representan un nicho importante que, además de seguir creciendo como mercado, se renueva de manera constante.
La oferta literaria para ese sector no está cubierta en su totalidad dice y señala los retos de las editoriales: hacer libros buenos que no caigan acríticamente en las modas; estar al día en lo mejor que se escribe y cautivarlos a pesar de la presencia de nuevas tecnologías como Ipads y videojuegos.
Promover la lectura entre niños y jóvenes, comenta Claudia Reyes Toledo, directora de la FILIJ, es otro reto que compete a todos: grupos sociales, maestros, familia y conocidos. Los niños son, “un público perfecto” para incentivar esta actividad. Lo que hagan en su infancia, luego en su adolescencia y después en su primera juventud, será una constante en toda tu vida.
Libros web, la nueva apuesta de la FILIJ
La Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil incursiona este año en un formato alternativo para incentivar la lectura entre los jóvenes y niños: los textos digitales.
En la edición 31 de este evento, además de la participación de 120 editoriales que ofrecerán libros, publicaciones y material didáctico, contará con un pabellón multimedia en el que se presentarán exclusivamente editores digitales con textos web.
“Es nuestra primera incursión en la reflexión de la tecnología como formato alternativo de lectura” explica Claudia Reyes Toledo. La directora de la feria refiere además que habrá conciertos, representaciones artísticas, talleres de ilustración y creación literaria, muestras de cine y teatro.