“Está Ud. despedida. Envíe por favor su carta de renuncia al despacho del Presidente”. Silvia Hernández, entonces secretaria de Turismo de Ernesto Zedillo, no se sorprendió del todo. Sus comerciales con American Express para vender México como destino turístico fueron bien recibidos en todas partes menos en el gabinete y en la oficina presidencial. A pesar de que ella no cobró un centavo por lo que en el mercado de Estados Unidos, para una actriz profesional, hubiera significado al menos unos 100 mil dólares, “la mano amiga” se encargó de convencer al Presidente de había desprestigiado al gobierno. Y a la calle.

 

Los tiempos cambian, y ante el inminente derrumbe de la entrada de divisas extranjeras por el turismo, se tomaron medidas extremas, y no sólo a nivel federal. En Quintana Roo, por ejemplo, el actual gobernador Roberto Borge aplicó toda su capacidad negociadora para sacar adelante un vuelo directo Rusia-Cancún. Y los rusos turistean a lo grande. Gastan un promedio de mil dólares diarios por persona, cierran restaurantes, compran todo y la derrama es mayúscula. No tiene comparación con ese virus de la industria que se llama VTP (Viaje Todo Pagado), que inhibe los consumos que no se hacen directamente en los hoteles. El gobierno quintanarroense además cerró tratos para un vuelo semanal directo Paris-Cancún. Y en el aspecto promocional, llegó a un arreglo con el equipo de futbol Espanyol de Barcelona, donde militan dos mexicanos, para que la camiseta del club y las estáticas del estadio digan “Riviera Maya”, apoyando los comerciales de televisión filmados por el defensa titular del Espanyol y de la Selección Mexicana, Héctor Moreno.

 

¿Se acuerdan de Martha Stewart? Es la empresaria estadunidense que pasó varios meses en la cárcel por manipular ilegalmente las acciones de su empresa, dedicada a la decoración y las artes culinarias. Esto sólo incrementó su fama, que ya era mucha, y elevó aún más los niveles de audiencia de su programa de televisión. Entra en escena Marcelo Ebrard para guiar a la anfitriona en su programa Martha Stewart in Mexico City, donde se pintó una imagen maravillosa de la ciudad y que no es puramente ficción. Casi sin sentirlo, la calidad de vida de la ciudad ha mejorado notablemente, y dicho por regiomontanos, tapatíos y chihuahuenses, no por Martha Stewart. En fin, que el programa en que participó el jefe de Gobierno, sólo se vio en Estados Unidos, así que ni modo que el IFE se incomode, y tuvo niveles de audiencia muy aceptables.

 

A un costo de 30 millones de dólares, Sectur instaló cámaras de video en taxis de diversas ciudades de Estados Unidos, contrató a taxistas como actores, y los puso a preguntar a sus pasajeros que abordan en los aeropuertos sobre sus experiencias turísticas en México. Ésta, según reporta The New York Times, se convertirá en campaña comercial para la venta de México como destino turístico y de negocios.

 

Por supuesto que hay que mencionar dentro de este esfuerzo al primer guía de turistas de la nación, el presidente Felipe Calderón, quien grabó un programa para PBS conduciendo a las cámaras a destinos de turismo cultural y de aventura. Por mucho menos corrieron hace 15 años a Silvia Hernández. Pero eran otros tiempos, y era otro país.

 

@jorgeberry