El primer ministro italiano Silvio Berlusconi, que la víspera se comprometió a renunciar apenas sea aprobada en el Parlmento la ley con las medidas de ajuste solicitadas por Europa, dijo que apoyará la candidatura al gobierno del secretario general de su partido, Angelino Alfano.
En una entrevista con el programa “La telefonata”, transmitido por Mediaset, la televisora de su propiedad, Berlusconi declaró que tras su dimisión la única vía posible son las elecciones anticipadas a inicios de 2012 y no un gobierno “técnico” (no salido de las urnas).
El primer ministro perdió la víspera la mayoría en la Cámara de diputados, aunque esa aula aprobó con 308 votos la rendición de cuentas del Estado, correspondiente a 2010, solamente gracias a que 321 legisladores de la oposición no participaron.
Sin embargo, quedó en evidencia que su gobierno no cuenta ya con los números necesarios para continuar, por lo que compareció ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano.
El jefe de gobierno se comprometió ante Napolitano a renunciar después de que este mismo mes el Parlamento apruebe la ley de estabilidad financiera, que incluye las medidas de ajuste exigidas por la Comisión Europea.
“Apenas será aprobada la ley de estabilidad dimitiré y, como no existen otras mayorías (parlamentarias) posibles, veo como única posibilidad las elecciones a inicios de febrero, elecciones a las que no me lanzaré como candidato”, confirmó hoy.
Reconoció que corresponde a Napolitano abrir las consultas con todas las fuerzas políticas y decidir, eventualmente, si formar un gobierno técnico o convocar a comicios adelantados.
Pero subrayó que un Ejecutivo técnico “es impensable” y que apoyará a Alfano, su ex ministro de Justicia, como candidato a la jefatura de gobierno.
Precisó, sin embargo, que la candidatura de Alfano será decidida en elecciones primarias celebradas entre los inscritos al conservador Partido del Pueblo de la Libertad.
Berlusconi, de 75 años de edad, aseguró que su dimisión es “un gesto de responsabilidad hacia el país para evitar que las deserciones de pocos puedan afectar a Italia en modo irreparable”.
Se refirió a la desbandada de diputados de su partido que se pasaron a la oposición, en un momento de crisis económica en el que Italia quedó expuesta a los ataques especulativos de los mercados, que no daban ninguna credibilidad al jefe de gobierno.