El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, negó hoy que su gobierno tenga planes para aplicar nuevos controles a la venta de armas, aunque reconoció la seriedad del problema de su trasiego ilegal a países como México.
Tan solo un día después de que el procurador general de Justicia, Eric Holder, reconoció que su gobierno está perdiendo la lucha contra el tráfico de armas hacia México, Obama fue cauto pero realista en su valoración al respecto.
El mandatario sostuvo que la “estrategia” será hacer valer las leyes existentes, puesto que su gobierno no tiene planes para presentar nuevas iniciativas para aplicar nuevos controles a la venta de armas.
Reconoció que el tráfico ilegal de armas hacia México es un problema tan difícil de detener como lo es el tránsito de drogas hacia Estados Unidos.
En un encuentro con medios de prensa electrónicos celebrado este miércoles, el presidente reconoció la seriedad del problema al señalar que su gobierno ha tomado acciones para hacer una labor más efectiva al respecto.
Sin embargo, admitió que dada la imposibilidad de sellar la frontera para evitar el tránsito de drogas hacia al norte, “es imposible detener todas las armas que trafican de norte a sur”.
El mandatario reiteró que su gobierno aún puede mejorar su trabajo en este frente, labor que se ha visto empañada tras las revelaciones sobre la existencia de la operación “Rápido y Furioso”.
Bajo este operativo, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) permitió el ingreso ilegal de más de dos mil armas a México, como se hizo antes con el programa “Receptor Abierto”, aunque en este caso el volumen rebasó apenas las 300.
El gobernante evitó responder a la demanda para restaurar la prohibición de armas automáticas de asalto, como lo solicitara en su oportunidad el presidente de México, Felipe Calderón, durante su visita de Estado de mayo de 2010.
Por otra parte, el mandatario dijo que la ley de migración de Alabama no solo constituye la respuesta equivocada frente a este problema, sino que ésta es contraria a los valores que distinguen al país.
Destacó el negativo impacto que la ley está teniendo en las escuelas y consideró que la criminalización de quienes asisten a inmigrantes, aún en situaciones de emergencia, “no armoniza con nuestros valores como país”.
Como en ocasiones anteriores, Obama desestimó las críticas frente a las deportaciones récord que ha llevado a cabo su gobierno, al enfatizar que esta política se lleva a cabo “de la forma más humana posible”.
Dijo que existe un amplio abanico de medidas administrativas para avanzar en este sentido, particularmente para evitar la separación de menores de sus padres, pero reconoció que muchas “no están en curso ahora”.(Notimex)