Juan Manuel Márquez esperó con ansía durante tres años para tener una, sin precedentes, tercera oportunidad de vencer al filipino Manny Pacquiao, considerado el mejor boxeador libra por libra de la actualidad pero quien en sus dos choques previos no pudo vencer claramente al mexicano.

 

Luego de empatar en el 2004, Pacquiao venció a Márquez por división dividida en el 2008 en un combate en el que muchos analistas, no sólo nacionales, vieron ganar a Márquez, quien desde entonces ha esperado la oportunidad de probar que es mejor que Pac-Man.

 

“Me encuentro contento con la preparación que hemos hecho, ahora vamos a despejar dudas, a dejar lo mejor sobre el ring, estamos listos para dar una gran pelea”, dijo Márquez previo al combate que se realizará el próximo sábado en el MGM de Las Vegas.

 

Márquez tratará de arrebatarle a Pacquiao la corona welter de la Organización Mundial de Boxeo en la que se espera sea una pelea igual o más disputada que las anteriores. Pacquiao ha tomado de manera personal las acusaciones de Márquez de que le robaron la pelea. Su preparación, de acuerdo a su manager, Freddy Roach, ha sido la mejor de su carrera porque el filipino esta vez no quiere dejar dudas de quién es el mejor.

 

“Nunca he subestimado a Márquez, por eso he entrenado fuerte y me siento bien. Ahora es diferente porque en los últimos tres años he cambiado y mejorado”, dijo Pacquiao, quien no se atreve a pronosticas un nocaut. “Si llega el nocaut será una bonificación y un premio al trabajo duro, pero lo que quiero es asegurarme de hacer una buena presentación”.

 

Márquez se concentró en el gimnasio Romanza de la capital para preparar la pelea bajo la dirección del legendario Ignacio Beristain, quien acaba de ingresar al Salón de la Fama en Canastota, Nueva York. Al igual que Pacquiao, el mexicano no quiere dejar lugar a especulaciones.

 

Con 38 años de edad, sabe que esta es su última oportunidad ante Pacquiao.

 

“El está molesto porque yo digo que gane, pero la verdad es que no sólo nosotros lo decimos, lo dice la prensa y la gente, estamos listos para él”, dijo Márquez.

 

En Las Vegas, los apostadores le dan pocas probabilidades de un triunfo al mexicano, que al cierre de esta edición, estaba desfavorecido por 1-9. “Cada quien tiene su punto de vista, su propia opinión, la verdad me tiene sin cuidado lo que digan. Tengo respeto por la gente que quiere apostar pero yo tengo que hacer mi trabajo”, dijo Márquez.

 

Por si esos ingredientes no fueran suficientes para cocinar lo que parece será un exquisito banquete de boxeo. Un tercero le puso más sabor la semana pasada cuando Víctor Conte, fundado de los laboratorios BALCO, dijo a través de su cuenta de Twitter que el preparador de Márquez, Angel Hernández, testificó que le dio esteroides a Marion Jones, entre otros atletas, en un acuerdo con la fiscalía para no ir a prisión. “Esas acusaciones no tienen fundamento, yo lo contraté (a Hernández) porque sabía que había hecho buen trabajo con atletas de elite, pero estoy dispuesto a someterme a cualquier prueba de antidopaje de nivel olímpico si quieren”, dijo Márquez.  Conte pasó tiempo en prisión en 2005 al declararse culpable de vender esteroides de diseñador. El director del laboratorio que tenía sede en California dijo también que el apellido real de Hernández es Heredia.

 

La idea de que Conte o este tipo (Hernández) le estén dando esteroides a alguien no tiene sentido, porque ya pasaron por el sistema judicial y sería lo último que harían porque ya no hay que hacerlo”, dijo el promotor Bob Arum. “Despierten, ahora se usan cosas naturales muy avanzadas, el problema de los esteroides es cosa del pasado”. Pacquiao, quien en el pasado también ha sido acusado por consumo de esteroides, no quiso hablar del asunto y se limitó a decir: “No tengo comentarios sobre eso”.

 

Si, los ingredientes para una épica batalla están ahí.