En un departamento de la Condesa residen actores especialistas en el teatro físico, ensayan siempre en las azoteas de la edificación, saltan y gritan sus guiones al aire; están conscientes de que hacer esta clase de labores es complicada, y no siempre hay personas dispuestas realizar las acrobacias.

 

 

“Las complicaciones para montar una obra en nuestra ciudad son muy diversas, pero sobre todo, en México es demasiado complicado encontrar: la difusión, el montaje o flete y los actores que estén dispuestos a dar todo por un proyecto”, de esta forma lo explico Mauricio Galaz, autor, director y actor de la obra “Batracios”  en entrevista oficial con 24 horas.

 

 

Hacer teatro físico no es fácil, se requiere entrenamiento de acróbata. Es necesario estar concentrado en el guion, pero también lo es para tirarte un mortal de hasta dos metros y medio de alto, esto es parte de las habilidades que requiere la puesta “Batrasios”, ésta se presentará como parte de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), los días 13 y 20 de noviembre, con una entrada gratuita a las  17: 00 horas.

 

 

La primera vez que se presentó esta puesta en escena fue en el Foro Shakenspeare, además hoy es muestra de “demasiado esfuerzo, tanto por qué la re- escribí una y otra vez, tanto por la falta de actores, pues si en un principio éramos 13, quedamos sólo tres, había personajes femeninos, pero al final las chicas no aguantaron, yo no corrí a nadie, es que esto es pesado” comenta entre risas Galaz.

 

 

Al preguntarle a Galaz y su compañero Enrrique Alguibay, actor que realiza tres personajes en toda la obra y encargado de la coordinación de la métrica de los movimientos en escena, en que radican estás complicaciones respondieron que el trabajo físico y la poca difusión que se da a este tipo de teatro en nuestro país, “a penas con el Circu Du Soleil  las personas comenzamos a notar este tipo de espectáculos, sin embargo, esto es todavía más demandante”, agregaron.

 

 

“Nosotros tomamos muy en cuenta la situación del país y América Latina, creemos que tiene similitudes de con la acrobacia y la vida de los anfibios”, y sí en la obra se expone por qué los países se estancan política y económicamente, reflexión planteada a través de los personajes de tres ranas que viven alejadas de su charco y quieren saber cómo es que los ajolotes no pueden hacer metamorfosis, es decir por qué no desarrollan pulmones.

 

 

“Los anfibios son seres que mutan, excepto el ajolote. Éste último es una especie mexicana que a diferencia de otros no sufre transformación alguna. Los herpetólogos del mundo se han preguntado por qué no lo hace. Sin embargo, una rana verde, a esa que le llaman “ranita de la suerte se atreve averiguarlo” así describió la trama el autor.

 

 

Dinámica se eleva de una rama a otra, precisa salta de charca en charca para descifrar un secreto de conveniencia y confabulaciones. La obra Batracios, “no es una obra para niños, sin embargo, ellos pueden aprender mucho de su mundo y la estrecha relación entre ellos y nosotros” resaltó Galaz, mientras bebía un vaso de jugo de piña.

 

 

“Esto es un laboratorio de dramaturgia, pues las similitudes entre México y América Latina son varias, el paralelismo entre el mundo actual y el de ellos es igual”, agregó “que todos los anfibios pasan por una metamorfosis, excepto el ajolote, que es una especie mexicana y no le sucede esto. A partir de esa premisa partimos en ¿por qué él no puede?”

 

 

La relación entre estos mundos, pues al igual que en nuestra estructura social, hay gente en el poder y secretos para no dejar a otra progresar, en los anfibios “algunos viven en charcas, mientras otros están en lo alto de las ramas”, exhortó Galaz.

 

 

Así es como “Batracios” pone sobre la mesa temas de actualidad, interés en la evolución y la política social. Para poder proyectar esta idea de una manera dinámica e interesante, los actores hacen gala de su habilidad física para columpiarse de tubo en tubo, como lo haría una rana al saltar de una rama a otra, todo esto en una estructura de dos metros de alto y cuatro de ancho.

 

 

“Continuar firme en la interpretación bajo estas condiciones es el mayor reto, y más cuando estás haciendo papeles que ni siquiera son humanos. Eres un anfibio que repta por el suelo, que salta entre ramas”, describió en la entrevista que dieron para 24 horas Enrrique Alguibay.

 

 

Al preguntarles sí les resulta complicado realizar esta clase acrobacias mientras recitan sus versos y proyectan energía relataron, que  a pesar de haber presentado muchos problemas para llevarla a escena, son ellos los encargados de hacer la mutar.

 

 

El actor de obras como El evangelio según Clark y Vencer al Sensei, la puesta en escena también busca demostrar que “cuando la gente se propone hacer algo puede lograrlo sin importar las dificultades” no importa cuánto halla que luchar por ello.

 

 

“Escribí esta obra por una de mis pasiones de la infancia: los anfibios. Cuando era joven tenía la disyuntiva de estudiar actuación o biología. Cuando hice el guión empleé a las ranas para mostrar que al mundo lo gobiernan los animales, además de que me encantan los comics sobre mutantes, por lo tanto los vestuarios son parecidos a los de superhéroes”, describe el director mientras pone su mano en su barbilla.

 

 

La confabulación muestra cómo las ranas piensan que todos los animales les deben la vida a ellos, pues son los únicos vertebrados acuáticos que habitan la Tierra. “En el terreno político, comparo este hecho con lo que sucede en América Latina, tú sabes: mientras hay países que buscan salir adelante, pero siguen sin poder hacerlo, otros ven desde arriba a los más pobres creyendo que son lo más importante que hay y que nadie se compara con ellos”, exteriorizó Mauricio Galaz.

 

 

Al final de la entrevista agregaron que “tiene sus sacrificios ser un actor independiente, como por ejemplo, Ricardo de los Cobos, otro de los actores que no pudo estar presente por ir a recoger parte de la escenografía hoy, nosotros cargamos y movilizamos todo, pero tiene satisfacciones, como yo que conocí a mi novia también actriz, por estar ensayando en la azotea” concluyó Alguibay entre risas mientras acariciaba a uno sus tres perros en la comodidad de su hogar.