Cristina Kirchner fue la presidente más felicitada en la última Cumbre del G-20 en Francia. Y razones le sobran. En la última elección presidencial arrasó con la oposición y la marcha económica de Argentina es, a simple vista, fenomenal con un crecimiento esperado del 7% para el año.

 

Pero por si esas razones no fueran suficientes Kirchner tiene otra más que amplían su sonrisa y el temor en sus contrincantes y críticos políticos. Hace algunos días la española Repsol-YPF anunció el hallazgo de importantes reservas de hidrocarburos en territorio argentino que le dan a la presidente argentina nuevos y mayores márgenes para manejar su discurso económico dentro y fuera de su país.

 

El descubrimiento de reservas no convencionales del denominado shale gas y petróleo en el sur de Argentina que, según los primeros cálculos, se acercan a los mil millones de barriles lo convierten en uno de los hallazgos energéticos más importantes de América del Sur en los últimos años y con un alto potencial de producción cuyos cálculos podrían crecer significativamente una vez que Repsol amplíe la zona de exploración.

 

Esta noticia, que ya impactó positivamente las expectativas accionarias de Repsol entre los inversionistas, está causando efectos importantes en los países vecinos como Bolivia, Brasil y Venezuela. Argentina ha sido tradicionalmente una economía deficitaria en materia de hidrocarburos situación que podría revertirse en los próximos años con la producción de nuevos yacimientos, modificando los frágiles equilibrios geoeconómicos y políticos que guarda la región por la oferta petrolera y gasífera concentrada en unos cuantos productores.

 

Kirchner tiene los vientos a su favor, y si bien eso preocupa a sus críticos que la ven como una amenaza ‘autoritaria’ para la democracia argentina, lo cierto es que los inversionistas están listos para llevar sus capitales allí sumando a Argentina a las agresivas políticas energéticas que hemos visto implementarse en los últimos años en países como Brasil, Perú y Colombia.

 

Sin embargo en México se camina a otra velocidad. Aquí llama la atención -y es motivo de aplausos- que Enrique Peña Nieto, el precandidato a la presidencia de la República que lleva la delantera en las encuestas, proponga tímidamente –porque no ha dado ningún detalle- que el capital privado debe participar de alguna forma en la industria petrolera del país. ¡Vaya novedad!

 

 

SÍGALE LA PISTA…

Con la novedad de que esta semana Iván Barona y Michael Chamas deberán acreditar los fondos suficientes para capitalizar Mexicana y echar a volar su plan de negocios. De no haber ningún contratiempo en el arreglo, la pregunta que espera respuesta será: ¿A cuánto asciende la quita de la deuda con entidades públicas ofrecida por el gobierno a los compradores de Mexicana? El ‘detalle’ de la quita ofrecida es importante porque el gobierno es el principal acreedor de la línea aérea y estamos hablando de dinero público. Y es que debemos tenerlo claro: En el monto de la quita está el tamaño del ‘rescate’ fiscal de la aerolínea.

 

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