El optimismo en los mercados por los nuevos vientos de cambio procedentes del Viejo Continente se borraron este lunes de un plumazo en medio de los renovados temores por la crisis de deuda, ahora especialmente en Italia y España, que llevaron a Wall Street a comenzar la semana en números rojos.
El Dow Jones de Industriales, la referencia de la principal plaza financiera del mundo, concluyó hoy la jornada con un leve retroceso del 0,61 %, poniendo fin a dos días consecutivos de ganancias, aunque finalmente se mantuvo por encima de la barrera psicológica de los 12.000 puntos que había logrado recuperar la semana pasada.
Las pérdidas fueron incluso mayores en los otros dos índices de referencia del parqué neoyorquino, donde encabezó los retrocesos el selectivo S&P 500, que restó casi un punto porcentual y volvió a entrar en números rojos en el cómputo anual, mientras que el tecnológico Nasdaq se dejó el 0,80 % al toque de la campana final.
Si las novedades procedentes del otro lado del Atlántico habían marcado positivamente la pauta de las dos últimas jornadas en Wall Street, con un avance entre el jueves y el viernes del 3,15 %, hoy también fueron los grandes protagonistas en una jornada de ventas generalizadas por el miedo que despierta la crisis de deuda.
Ni la salida de Silvio Berlusconi y la llegada al poder en Italia de un tecnócrata, el ex comisario europeo Mario Monti, ni el inminente relevo en la presidencia del Gobierno español han servido para reducir la presión en Europa, donde además de Italia, España se ha convertido en uno de los principales afectados.
Así, el pesimismo volvió a apoderarse hoy de los inversores, que optaron por desprenderse de deuda periférica, especialmente italiana y española, provocando que la rentabilidad del bono a 10 años del país transalpino subiera hasta el 6,70 % y en el caso del español, al 6,11 %.
Italia tuvo que pagar el interés más alto desde 1997 para colocar 3.000 millones en bonos a cinco años, y la prima de riesgo subió hasta 492 puntos básicos, mientras que España batió un nuevo récord desde la implantación del euro, al llegar a 432 puntos básicos, muy por encima de los 396 que cerró la pasada semana.
En Atenas, otro de los puntos de interés de los últimos días, el nuevo primer ministro, Lukás Papadimos, dijo hoy que cumplirá con sus compromisos alcanzados con la UE, aunque las reservas de los conservadores a ratificarlo por escrito pusieron ya en aprietos al nuevo Gobierno de unidad nacional.
Por si las dudas no eran suficientes, la Unión Cristianodemócrata alemana, de la canciller Angela Merkel, aprobó hoy una moción para crear mecanismos para que un país pueda abandonar voluntariamente la zona euro, menos radical que la Unión Socialcristiana de Baviera, que plantea la expulsión de países que no cumplan las reglas.
La tarea principal del Gobierno de transición griego es la de desbloquear un pago de 8.000 millones del primer rescate, de 2010, y trazar un plan de reformas para convencer a los prestamistas de que Grecia merece un segundo paquete de ayuda internacional y es capaz de cumplir con los plazos comprometidos.
De esta forma, los inversores neoyorquinos se apuntaron hoy a las ventas al igual que sus colegas al otro lado del Atlántico, donde las principales plazas financieras cerraron en números rojos: Madrid (-2,15 %); Italia (-1,99 %); París (-1,28 %); Fráncfort (-1,19 %); Lisboa (-0,60 %) y Londres (-0,47 %).
En una día en la que se no se conocieron datos macroeconómicos de relevancia, el gran protagonista desde el ámbito empresarial en EE.UU. fue el multimillonario Warren Buffett, tras conocerse que a través de su firma Berkshire Hathaway compró desde marzo pasado cerca del 5,5 % de la tecnológica IBM por 10.700 millones de dólares.
Todos los sectores cerraron con pérdidas, encabezados por el financiero, que se dejó el 1,48 %, arrastrado por Citigroup, Bank of America y JPMorgan Chase, mientras que la otra cara de la moneda fue Boeing, que subió el 1,52 un día después de anunciar el mayor pedido de su historia, 50 Boeing 777 por 18.000 millones de dólares.
En otros mercados, el crudo de Texas frenó la escalada de precios de la semana pasada que le habían dejado cerca de los 100 dólares y terminó este lunes en 98,14 dólares el barril, mientras que el dólar se vio fortalecido ante la moneda única europea por los problemas en la zona euro. (EFE)