ROMA. Los ataques de los inversionistas no cesaron ayer y han provocado el alza de las primas de riesgo de varios países europeos y el desplome de las principales bolsas de Europa, a pesar de la dimisión del primer ministro italiano Silvio Berlusconi.

 

A juicio de los expertos, las ventas masivas tanto en los mercados de deuda como en los de renta variable trasladaron el mensaje claro de que no vale sólo con cambiar al jefe de un Ejecutivo, sino que urgen a anunciar y aplicar reformas que reconduzcan la situación cuanto antes.

 

La cuestión era saber si este lunes, con la reapertura de los mercados, la prima de riesgo de la deuda italiana mantendría su regresión, después de que el domingo el presidente de la República, Giorgio Napolitano, encargara al economista y ex comisario europeo Mario Monti formar un nuevo Gobierno.

 

Pero el “efecto Monti” no caló entre los inversionistas, pues, después de abrir en torno a los 450 puntos básicos, la prima de riesgo italiana llegó a rozar los 500 puntos básicos en los últimos instantes de la sesión de ayer.

 

El nivel de incertidumbre sobre la solvencia financiera de Italia sigue elevado, visto además el resultado de la subasta de bonos a cinco años que celebró ayer el Tesoro italiano: se colocaron tres mil millones de euros en títulos con un interés del 6.29 %, el máximo desde 1997.

 

Además, después de registrar una alza superior al 1.5 % en su apertura, la Bolsa de Milán invirtió tendencia y cerró en terreno negativo ayer.

 

El índice selectivo FTSE MIB perdió un 1.99 %, hasta situarse en los 15 mil 464.45 puntos, mientras que el general FTSE Italia All-Share cedió un 1.75 % y terminó en 16 mil 243.90 unidades.

 

Las autoridades italianas esperan que la presión sobre su deuda se relaje en los próximos días, ante la posible formación antes del viernes de un nuevo Gobierno liderado por Monti, que empiece a acometer los ajustes económicos necesarios para garantizar la estabilidad financiera del país, que cuenta con una deuda pública del 120 % de su PIB.

 

Mientras tanto, el más grande banco de Italia, Unicredit, reportó una pérdida trimestral de 14 mil 400 millones de dólares y la incertidumbre aumentaba.

 

“Los problemas de estos países no dependen exclusivamente de quiénes están en el gobierno”, opinó Dan Greenhaus, estratega de la empresa financiera BTIG. “Italia no cayó en esto en cinco minutos y no saldrá de esto en cinco minutos tampoco, esto tardará meses”.

 

Entretanto, la Comisión Europea negó ayer haber presionado a Italia y Grecia en la formación de los nuevos ejecutivos de unidad nacional, al frente de los cuales estarán Mario Monti y Lukas Papademos, respectivamente.

 

“El establecimiento de gobiernos es una cuestión nacional, la CE no se implica”, afirmó en la rueda de prensa diaria la portavoz jefe de la CE, Pia Ahrekilde.

 

Los nuevos primeros ministros han sido nombrados por los jefes de Estado y lo importante es que cuenten con un amplio respaldo democrático en el Parlamento, recalcó.

 

Según Ahrekilde, lo único en lo que ha insistido la CE es en la necesidad de contar con un “gobierno de unidad nacional” en ambos países ya que se necesitaba un “respaldo amplio de las duras, pero necesarias medidas de ajuste en ambas economías”.

 

La portavoz confirmó, no obstante, que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha mantenido este fin de semana y ayer mismo conversaciones telefónicas tanto con Monti como con Papademos y que la CE continuará pendiente de los desarrollos en ambos países.

 

Y aseguró que Italia ha respondido “a tiempo” y de manera “completa” a las preguntas de Bruselas sobre las reformas económicas que piensa tomar para salir de la crisis.

 

Las mencionadas reformas fueron ya anunciadas por el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi el 26 de octubre, “el pasado sábado, el ministro de Finanzas (Giulio) Tremonti, envió aclaraciones sobre los compromisos que anunció el ex primer ministro”, informó en rueda de prensa el portavoz económico de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj.

 

“Estamos examinando estas respuestas, que llegaron a tiempo y fueron muy completas y requieren ahora mucho trabajo de los servicios de la CE”, añadió.

 

“Nuestro diagnóstico de la economía italiana no cambia porque haya una nueva administración”, añadió Altafaj y recalcó la necesidad de seguir adelante con las reformas estructurales para retirar los obstáculos que están lastrando el crecimiento en Italia.