Desde hace dos años la industria restaurantera de Acapulco enfrenta pérdidas de hasta 40%. Este sector concentra 73% de la actividad económica de la región. La secretaria de Fomento Turístico de Guerrero, Graciela Báez confía que el puente del próximo 20 de noviembre apuntale, todavía más, la derrama económica.
La inseguridad y la violencia del crimen organizado no han sido los únicos causantes de la crisis turística que enfrenta Guerrero. La falta de inversión en la infraestructura hotelera, el abandono de las áreas turísticas y la ausencia de planes atractivos para los visitantes también han contribuido.
En entrevista con 24 Horas, la funcionaria explica que Acapulco, el principal destino turístico de la entidad, enfrenta dificultades desde 2009, luego de que 2008 fue un año particularmente bueno.
Recuerda que en 2009 hubo un impacto por la epidemia de influenza y en 2010 algunos destinos turísticos del país como el puerto no lograron recuperarse a los niveles de 2008. Ahora, en 2011, dice, hay una crisis de imagen a nivel nacional, no sólo en Acapulco.
Pero los problemas del puerto se remontan a la década de los 70, cuando se desarrollaron otros destinos que se llevaron a los turistas extranjeros a playas como Cancún, Los Cabos o Puerto Vallarta. Por ello, 90% de los visitantes ahora son mexicanos y sólo 10% turistas internacionales, al contrario de lo que ocurría en la época dorada de los años 50.
Además, señala, el mayor impulso a la zona diamante dejó en el abandono a la zona dorada -donde se ubica la costera Miguel Alemán– y, por supuesto, la zona tradicional de Acapulco, la más problemática. Esto provocó el decaimiento de los hoteles y que disminuyera la calidad de los servicios. “No es un problema de inseguridad, son hoteles ya muy viejos que les hace falta reinventarse”, dice.
La llegada de turistas mexicanos, asegura Báez Ricárdez, se mantiene constante desde 2010, el problema es que ya no salían de noche por miedo a las balaceras y asesinatos. Debido a lo anterior desde finales del año pasado los bares, discotecas y restaurantes vieron caer 40% sus ganancias.
Erick de Santiago, presidente de la asociación Habla bien de Aca, integrada por 120 empresarios del puerto, comenta que en junio pasado, 30% de los trabajadores de estos establecimientos fue reubicado en otros centros turísticos en tanto se recuperaba la situación. “El crimen organizado sí nos ha afectado, pero es una lucha entre los mismos grupos…a los turistas no los ha afectado”, asegura.
Sin embargo, las estadísticas estatales indican que tan sólo en este año se han registrado mil 400 muertos en Acapulco, lo que terminó con la vida nocturna. La gente prefería hacer sus fiestas en los cuartos de hotel o en los departamentos en los que se hospedan y ya no salir a cenar o bailar”, refiere León Portman, vocero de la Cámara de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
Pero no sólo Acapulco, también Ixtapa y Taxco –que en conjunto forman el Triángulo del Sol– presentan problemas. Taxco desapareció del mapa, debido a que la autopista del Sol quitó de la ruta a este pueblo minero, mientras que Ixtapa, antes el destino de playa más importante para el turismo carretero del Bajío, dejó de ser visitado a causa de la violencia en Michoacán.
La recuperación
Graciela Báez subraya que el sector turístico se recupera. Acapulco se está quitando la mala imagen que tenía y la vida nocturna está de vuelta.
Una muestra, dice, es que en el fin de semana del 15 de septiembre la ocupación llegó a 70% y en el puente del 28 de octubre regresó la actividad de noche, gracias a la Convención Internacional Minera y a los días de asueto por el Día de Muertos. Erick de Santiago, de Habla bien de Aca, asegura que en esos días 12 mil personas festejaron en la zona costera sin problemas por la inseguridad.