“¡Esto es el barroco, como Quevedo!”, se reía de sí mismo Andrés Manuel López Obrador.
Y es que, de nuevo presto para otra contienda presidencial, decidió moderar su lenguaje, cumplir el papel que le corresponde y no exacerbar ánimos, sino sumar. Por ejemplo -mencionó en entrevista con Carmen Aristegui en MVS- ya no voy a decir “me robaron la presidencia” sino algo como “si no hubieran hecho fraude…”, ni aquello de “la mafia en el poder” cuando se trate de los “camajanes”.
El tabasqueño destilaba buen humor. Mencionaba las “paradojas” que hoy vivimos, como lo que ocurre en Michoacán, donde el PAN, con la hermana de Felipe Calderón como candidata a la gubernatura, hoy quiere un recuento voto por voto: “¡El mundo al revés!”, se regocijaba el candidato a la vista de las izquierdas.
Hasta él mismo, decía, aparecería por la noche en el noticiero estelar de Televisa, “porque es lo que me corresponde” como alguien que va a contender por la Presidencia de la República. “No puedo decir no”.
Incluso su respuesta para saltar el escollo que le impide acceder a los tiempos oficiales de radio y televisión si es candidato único, parecía una broma, aunque hay quienes piensan que lo dijo en serio: Que los dirigentes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano se inscriban como precandidatos a la presidencia y así cumplir con los requisitos del IFE en la etapa de las precampañas.
“A mí no me gustaría que fingiéramos para tener el espacio -precisó-, aunque es muy injusto, eso sí. Lo que sí pueden hacer los dirigentes de los partidos es analizar esto bien y decir, no es justo, ¿qué se podría hacer?”
¿No sería eso una simulación? le cuestionó la conductora. A lo que López Obrador respondió: “Simulación sería poner un palero”, repuso.
“AMLove”, como ahora le bromean algunos de sus partidarios, luego de su expresión sobre “la República amorosa”, intentaba explicar el porqué de sus palabras: “Cuando hablo de una ‘República amorosa’ estoy pensando en que debemos de fortalecer valores, el amor a las familias, el amor al prójimo, el amor a la patria, que eso es fundamental; un código moral, impulsar mucho eso, es llegar a la conclusión, a la esencia de que sólo siendo buenos podemos ser felices”.
No sin cierto escepticismo Aristegui le señaló si su nuevo discurso no se había vuelto “demasiado cristiano” con el único fin de ganar algunos votos entre sus detractores. No en balde -apuntó la periodista- las siglas de Morena, organización que dirige, parece evocar a la Virgen de Guadalupe.
“Una vez vi una encuesta sobre los símbolos sobre lo que más identifica a la gente y el resultado era muy interesante: primero la Virgen de Guadalupe y luego Juárez. ¡Coincidió con esto!”, respondió AMLO
Y nuevamente la interrogante: ¿Ahora es un López Obrador suave?
“No -repuso López Obrador-, quiero informar más. Yo he sido víctima de ataques, de guerra sucia. (Carlos) Monsiváis decía que no conocía a un personaje más atacado en la política después de Madero. Me han atacado mucho, han hecho de mí una leyenda negra”.
Comenzaba así su presencia en medios tras haber ganado la encuesta que lo posicionó como el candidato de las izquierdas para 2012.