Ese es el dilema en el que se encuentra el presidente Felipe Calderón a unas horas de que definir el nombre de su nuevo secretario de Gobernación. Y no es cualquier dilema, pues resulta que en la dinámica electoral en la que ya todo está envuelto, decidir por uno u otro, por el doctor Poiré o por el maestro Gil Zuarth, tendrá repercusiones en el proceso interno para elegir al candidato presidencial del PAN.

 

Para nadie es secreto que los dos finalistas para el despacho de Bucareli -ex itamitas ambos por cierto-, tienen preferencias por distintos precandidatos en el PAN. Alejandro Poiré está con Ernesto Cordero y se le considera de sus estrategas cercanos; mientras que Roberto Gil tiene marcada preferencia por el proyecto de Josefina Vázquez Mota y viejas y fuertes rencillas con Cordero y los corderistas que lo bloquearon en su búsqueda de la presidencia del PAN.

 

Si esas son las dos opciones que le quedan para el nombramiento que hará en cualquier momento, Calderón tiene un problema. Por cualquiera de los dos que opte, estará enviando un mensaje frente a la sucesión panista y corre el riesgo de atizar el ya enconado pleito interno entre los grupos de Cordero y Vázquez Mota. En el complicado último año de gobierno, el presidente podría perder autoridad, si cae en la trampa de entregarle Gobernación a un leal a cualquiera de los precandidatos, en lugar de alguien que le garantice lealtad a él en su salida.

 

Si ya el final de sexenio se ve difícil para Calderón, con la derrota de su hermana en Michoacán, un PAN que puede ir al tercer lugar en las presidenciales y los ajustes de cuentas que muchos querrán hacerle sobre la violencia y los más de 50 mil muertos en su sexenio, la situación se puede complicar todavía más para el presidente con un operador político que, más que estar preocupado del cierre de la administración, esté preocupado por ayudar a su candidato o candidata en el PAN.

 

A eso añadir que con Andrés Manuel López Obrador como candidato de las izquierdas, Calderón tendrá otro dolor de cabeza porque detrás del discurso del amor y la “república amorosa”, hay un entendible ánimo de venganza de quien fue despojado “haiga sido como haiga sido” de la Presidencia aquel aciago 2006. Más que contra el candidato o candidata del PAN, la pelea del lopezaobradorismo será contra el calderonismo. Así que, en medio de todo eso, más le vale al presidente tener en el Palacio de Covián a alguien que no sólo opere, sino que le tenga absoluta lealtad. La va a necesitar.

 

 

NOTAS INDISCRETAS… Humberto Moreira desmiente rumores sobre su inminente salida del PRI. “Soy el único presidente del PRI que no ha perdido una elección”, dice, y defiende sus facultades epara modificar la convocatoria priista. El cambio, dice, se hizo porque la redacción original violaba el criterio del Tribunal Electoral Federal de los principios de participación política, lo que la volvía impugnable. “El artículo 86 de los estatutos priistas da facultad al presidente del partido de autorizar la convocatoria a propuesta de la Comisión”, sostiene Moreira. “Los que quieren que me vaya es porque saben que no los dejare hacer pendejadas en el partido” ¿quienes quieren que se vaya?…Ahora que Marcelo Ebrard se quedó solo con el DF tendrá que ser cuidadoso al momento de definir al candidato al GDF si no quiere arriesgar el último bastión del PRD. Una encuesta levantada a finales de octubre por Buendía y Laredo, arroja el siguiente orden entre los precandidatos perredistas en la ciudad: Alejandra Barrales 21%; Juan Ramón de la Fuente 9%, Carlos Navarrete 6%, Miguel Angel Mancera 5% y Mario Delgado 4%. ¿Por quien optara Marcelo?..Cuarta Escalera de los dados. Semana redonda.

 

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