MADRID. Los partidos políticos españoles realizaron sus campañas electorales en un marco de profunda crisis económica y con el país sometido al acoso de los mercados financieros, mientras Bruselas le recomendaba a España que «se ayude a sí misma».

 

Las cartas parecen ya echadas para estos comicios, en los que todas las encuestas señalan como claro vencedor al opositor Partido Popular (PP), que, dirigido por el conservador Mariano Rajoy, tiene todos los visos de desbancar del poder al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en el Gobierno desde 2004.

 

 

Los casi cinco millones de desempleados (más de un 21 por ciento de la población) y la crisis económica europea que se ha cebado de manera especial en España, han sido los principales protagonistas de una campaña también marcada por los intentos del candidato socialista, el ex ministro y ex vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, de remontar la distancia que separa al PSOE del PP en los sondeos.

 

Rubalcaba aprovechó sus últimas horas de campaña, para acusar a Rajoy de utilizar la crisis de la deuda como principal instrumento de esta batalla política e insistió en que sólo los socialistas pueden parar «el poder absoluto de la derecha».

 

«A esta derecha sólo se le detiene con un PSOE fuerte. Hay que concentrar los votos de la izquierda, porque una izquierda fracturada y fragmentada es una izquierda débil, que no va a poder defender los derechos de los trabajadores frente a esta derecha dura, la más dura de Europa», afirmó el ex ministro del Interior en un discurso pronunciado en Punta Umbría (Huelva, sur del país).

 

Rubalcaba aludió al fantasma de una derecha que, dijo, podría acaparar «un poder absoluto» si gana las elecciones.

Su contrincante del PP, en un mitin celebrado igualmente en Huelva, pidió «un apoyo masivo» hoy para lanzar un mensaje de confianza a Europa, a los mercados y «a los de la prima de riesgo» de la deuda de España, que ha alcanzado en las últimas jornadas unos niveles muy peligrosos y desconocidos hasta ahora.

 

Durante el pasado viernes, hubo momentos en que la prima de riesgo española -el indicador que ilustra la confianza que suscita en los mercados la deuda soberana, en comparación con los bonos más seguros del mundo, los alemanes- superó a la de Italia.

 

«Nos han dejado tiesos», dijo el presidente del Partido Popular, en referencia al estado de las finanzas españolas que queda tras el Gobierno socialista.

 

Reconoció que, si las urnas le confirman como próximo presidente del Ejecutivo español, habrá que adoptar «decisiones que no serán fáciles», porque «ya no es tiempo de frivolidades» o de «frases ingeniosas», que es lo que a su juicio ha caracterizado al actual Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

En otras declaraciones realizadas a una emisora de radio, Rajoy señaló su esperanza de que los mercados financieros que presionan a la deuda española den «un mínimo de margen» al ganador de los comicios.

 

«España quiere estar en el euro, que forma parte de un proyecto político irreversible», señaló el líder de centro-derecha, quien no lo tendrá fácil si es finalmente el nuevo jefe del Gobierno, como ya dejó claro la propia Comisión Europea.

 

El portavoz económico del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj, señaló en Bruselas que «todas las instituciones europeas están ayudando activamente a España», aunque «lo más importante, por supuesto, sigue siendo que España se ayude a sí misma».

 

Ante la urgencia de ponerse en marcha cuanto antes, Rajoy pidió al Ejecutivo saliente que no tome «ninguna decisión» en funciones, si no es «producto del acuerdo y con el único interés de defender lo que importa a los españoles».

 

Explicó que no había llegado a ningún acuerdo al respecto con el aún presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

 

Sobre este asunto, el ministro portavoz, José Blanco, dijo que la ley impide acortar el plazo previsto para que el actual Gobierno sea relevado por el nuevo Ejecutivo, aunque garantizó que, hasta que eso ocurra, el presente Gabinete dialogará con el partido que gane hoy si cree necesaria alguna medida urgente.

 

Recordó que el decreto de convocatoria de las elecciones recoge que la constitución del Parlamento se celebrará el próximo 13 de diciembre y que, a partir de esa fecha, se pondrá en marcha el mecanismo para la investidura. (EFE)