Se tatúa porque le gusta, así nomás. Sin embargo, cada uno de sus tatuajes tienen un por qué.

 

Augusto enciende un cigarrillo y se sienta al borde de la cama. Le pedimos despojarse de la ropa y dejarse sólo los calzoncillos. Él, pudoroso, se niega. Acepta quitarse la playera, pero se pone un pantalón corto y sandalias.

 

Con el Marlboro  en la boca, recuerda: “Hace muchos años en un viaje a Real de Catorce  conocí a un huichol. Él me pidió que cerrará los ojos y que el primer animal que viera dentro de la oscuridad sería mi chaman. Lo primero que  vi fue una mariposa. Por eso las he tatuado en distintas partes del cuerpo. Para mí son libertad”.

 

“Luego, en la espalda tengo tres distintas  representaciones a mi manera del Sagrado Corazón de Jesús y del Sagrado Corazón de María, no soy católico, pero soy creyente, digamos que soy un discípulo del Sagrado Corazón”.

 

-¿Qué significan los números en un corazón que lleva tatuado el pecho?

 

Entre risas se niega a decirlo, dice que es cosa privada.

 

No insistimos, y entonces traduce la frase en alemán del antebrazo derecho. “Más tranquilo de lo normal, pero más fuerte que la última vez”.

 

“Me lo tatué  en una circunstancia poco afortunada para mí y donde necesitaba mucha fortaleza  para seguir adelante. Me la tatué  en alemán porque me gusta el idioma, no creas que soy pro nazi. No, no, nada de eso. Solo es el gusto por el idioma”.

 

Las estrellas son las mujeres de mi casa –explica-, mi madre, mi abuela, mi hermana. Aunque tengo esta estrella verde en el hombro. Esa es  por mi  amigo Fausto. ¿Ves todas  estas flores? Pregunta con mirada infantil, son en honor a mi mamá, ella se llama Flora.

 

Antes de concluir la charla, muy serio me dice que lo único que puede confesarme  del corazón tatuado en el pecho con los números 105515, es el significado del color: “Es morado porque es un corazón podrido, así un poco como el mío”.