El ministro egipcio de Cultura, Emad Abu Ghazi ha presentado su “dimisión definitiva” a causa de “los sucesos de los dos últimos días en la plaza Tahrir de El Cairo”, donde al menos 26 personas han muerto en los últimos días en enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

 

A su vez, la Junta Militar egipcia se encuentra cada vez más sola ante el acoso de los miles de manifestantes de la plaza Tahrir, después de que el Gobierno en pleno anunciase hoy que ha presentado su dimisión a la cúpula castrense.

 

“Participé en la reunión (de urgencia) del Consejo de Ministros ayer por la tarde y al final presenté mi dimisión de manera verbal ante el primer ministro” Esam Sharaf, explicó Abu Ghazi, quien hasta hoy no había confirmado la información.

 

El intelectual y profesor universitario de Historia, el primer miembro del Gobierno que dimite por los acontecimientos ocurridos en Tahrir, aseveró que esta mañana fue a ver a su oficina a Sharaf.

 

“Le entregué mi renuncia por escrito y le di las gracias por su trabajo, porque lo respeto mucho”, explicó Abu Ghazi, quien no obstante, no quiso dar más detalles sobre su opinión acerca del modo en que el Gobierno ha gestionado la crisis.

 

La noticia de la dimisión fue un rumor insistente durante la jornada de ayer, pero Abu Ghazi no se pronunció hasta hoy sobre su decisión, adoptada después de que al menos 26 personas hayan muerto desde el sábado por los enfrentamientos entre manifestantes opuestos a la Junta Militar y las fuerzas de seguridad.

 

Asi mismo, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas todavía no ha aceptado la renuncia de su Ejecutivo, pero ha pedido a los ministros que continúen en sus puestos, cuando solo falta una semana para la celebración de las elecciones legislativas, las primeras después de la caída de Hosni Mubarak.

 

Las autoridades insisten en que los comicios se celebrarán cuando estaban previstos, según dijo el viceprimer ministro del país, Ali al Selmy, aunque es una posibilidad que los manifestantes de Tahrir ven cada día más lejana.

 

“El Gobierno asume su responsabilidad política, expresa su lamento por estos sucesos dolorosos y, partiendo de este sentimiento, presentó ayer su dimisión y lo puso a disposición del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas”, señaló el comunicado gubernamental.

 

El portavoz de uno de los partidos presentes en el Gobierno, que pidió no ser identificado, dijo que la Junta ya ha aceptado la renuncia del gobierno en pleno, si bien probablemente no habrá una confirmación oficial hasta que se anuncie el nuevo Ejecutivo.

 

Sin embargo, en un comunicado tras el anuncio de la dimisión del Gobierno, los militares no hicieron alusión a si aceptan esta renuncia o no, y se limitaron a llamar a un “diálogo urgente” a todas las fuerzas políticas.

 

En la nota dio el pésame a las familias de las víctimas e instó a los ciudadanos a “mantener la calma y crear un ambiente de estabilidad con el fin de seguir con el proceso político que llevará al final a un régimen democrático que ponga a Egipto en la posición que le corresponde”.

 

Los violentos enfrentamientos de ayer, domingo, en el centro de el Cairo se concentraron hoy principalmente en los alrededores del Ministerio del Interior, lo que aprovecharon miles de personas para acercarse a la emblemática plaza Tahrir y subir la presión sobre los militares para que cedan el poder a una autoridad civil.

 

Está previsto que mañana se celebre una multitudinaria manifestación en Tahrir y en las principales plazas del país que podría elevar aún más el cerco en torno al Ejército, al que cada hora se suman más representantes políticos y de la sociedad civil.

 

Sin embargo, los poderosos Hermanos Musulmanes, que gozan de la mayor capacidad de convocatoria del país, anunciaron a última hora que no secundarán esa protesta “para evitar más enfrentamientos sangrientos y poner fin al caos”.

 

Lo que comenzó en la noche del viernes como una protesta de decenas de personas que querían acampar en Tahrir después de una gran manifestación contra los militares se ha convertido en un órdago a los generales, que se acercan al punto de no retorno en el que se adentró Mubarak en los 18 días de la revolución de enero.

 

Hasta el momento han muerto al menos 23 personas, según fuentes oficiales, y miles han resultado heridas por los duros enfrentamientos entre policía y manifestantes.

 

Una joven presente en Tahrir desde el sábado, Azza el Shinawy, dijo que “ya no hay vuelta atrás, es demasiado tarde para arreglos de cualquier tipo, el mariscal Husein Tantaui (jefe de la Junta Militar) debe marcharse ya y entregar el poder”.

 

Shinawy, al igual que la mayoría de los presentes en la plaza, aseguró que no se moverá de la plaza hasta que haya un gobierno de salvación nacional que conduce el proceso de la transición hasta las elecciones parlamentarias y presidenciales y la redacción de una nueva Constitución.

 

En las últimas horas se multiplican los gestos dirigidos a los descontentos con la Junta, como la promulgación hoy de un decreto ley que impedirá a los exmiembros del Partido Nacional Democrático de Hosni Mubarak concurrir a las próximas elecciones legislativas. (EFE)