El pasado fin de semana vivimos por primera vez en nuestro país la experiencia de “El Buen Fin”, una versión mexicana de lo que es el Black Fridayen Estados Unidos. Este fenómeno incrementó de 30 a 35% las ventas de los comercios, según la Confederación de Cámaras de Comercio y el Consejo Coordinador Empresarial. A su vez, retuvo a 30 % de los consumidores que viajan al extranjero (Laredo, Texas, entre otros) para realizar sus compras. Sin embargo, entre especialistas hay un escepticismo generalizado sobre su impacto para reactivar el consumo, dado que en realidad “no se genera mayor demanda, simplemente se redistribuye. En vez de concentrarse todo en diciembre se compensa con noviembre” según lo afirmó Raul Feliz, investigador del CIDE. Según destacó el economista, “el punto es saber si como consecuencia del `El Buen Fin´ hubo compras que no se hubiesen hecho de ninguna otra manera, y en mi opinión no hubo muchas”. (CNN Expansión, noviembre 22).
Algunas de las entidades beneficiadas fueron los bancos y las tiendas departamentales que facilitaron algún tipo de crédito al consumo, ya que lograron captar a varios clientes ofreciendo tarjetas de crédito aprobadas en lapsos menores a 1 hora, con la garantía de poder comprar en las tiendas a meses sin intereses y poder gastar algo más de lo planeado.
La propaganda, los comerciales y los diferentes medios para publicar ofertas también tuvieron un repunte en sus ganancias, ya que al generarse un movimiento masivo para atraer a clientes, fue necesario generar publicidad que llegara a todos los potenciales compradores.
¿Cómo podría afectar este fenómeno a los consumidores? Desafortunadamente, México no es todavía un país en el que todos los habitantes tengan una tarjeta de crédito, sólo dos de cada diez habitantes poseen una, lo que provoca que pocas personas puedan ser beneficiadas de las promociones, a pesar de las diferentes modalidades como rebajas directas al precio, acumulación de porcentajes en monederos electrónicos, pagos de 6 a 20 meses sin intereses, descuento del IVA, compre hoy y comience a pagar hasta 2012, etc. En la mayoría de los casos, los comercios limitaban las promociones a quienes tuviesen una tarjeta de algún banco en específico o de la propia tienda, por lo que no todos los mexicanos pudieron aprovechar las ofertas.
Los consumidores que tramitaron créditos departamentales durante “El Buen Fin” tienen ahora una deuda que antes no existía y, por tanto, han gastado ya ingresos con los que no cuentan al día de hoy y que posiblemente excedan el total de su aguinaldo. Aunque, en el mejor de los casos, al ser prorrogada la deuda a varios meses podrán realizar pagos pequeños, durante un periodo de hasta 20 meses, esto significa que de ir al corriente con sus pagos terminarán de pagar hasta 2013, una deuda que sin duda será onerosa para sus carteras a lo largo de todo este tiempo.
“El Buen Fin” llegó para quedarse, sin embargo, es importante que se pueda crear una cultura en la que el comerciante no sólo aplique las promociones de sus ventas nocturnas o de fin de temporada, sino que cree nuevas oportunidades reales de descuento para los consumidores. Será necesario en nuestro país crear una cultura en el consumidor para que pueda aprovechar verdaderamente las promociones a través de información completa de los productos, conocimiento real de sus necesidades y de su capacidad de pago de las tarjetas de crédito, además promover una mayor apertura y seguridad en dichas formas de pago.
A diferencia de nuestro Buen Fin, el Black Fridayen Estados Unidos se lleva a cabo el viernes siguiente al Día de Acción de Gracias, durante este día se generan promociones que van del 50 al 90% de descuento, se incrementan las ventas y por tanto las pérdidas (números rojos) de las tiendas desaparecen y se logra generar ganancias (números negros) a los comercios.
Este día tiene varias finalidades:
1)Adelantar las compras navideñas por medio de ofertas agresivas que provoquen la compra anticipada a través del apalancamiento del consumidor con sus tarjetas de crédito. Además, dicha fecha es estratégica, ya que la mayoría de las tarjetas de crédito tienen su corte en la tercera semana del mes, por lo que deben ser cubiertas en el mes de diciembre, con el pago del aguinaldo.
2)Funcionar como un termómetro para medir la intención de compra y confianza del consumidor. En EU el desempeño del Black Fridaypermite predecir los resultados de toda la temporada decembrina, sin dejar de tomar en cuenta que el consumo representa dos terceras partes del PIB de EU.
3)Activación del consumo interno y generación de empleos (aunque sean temporales).
En el Black Friday de este año, según la Federación Nacional de Minoristas (NRF, por sus siglas en inglés), se espera que las ventas tengan un alza de 2.8%, debido al optimismo en los indicadores económicos que revelan un aumento en el ingreso de los estadunidenses y una disminución en el desempleo que ronda el 9%. Mientras que el año pasado se gastaron durante este día 19. 3 billones de dólares, este año se espera una marca récord de gasto que asciende a los 20 billones de dólares, según lo anunció Michael McNamara, vicepresidente de investigación y análisis del programa Spendingpulse de Mastercard. El incremento que se espera en el gasto tiene que ver, según el especialista, con un aumento en las actividades de promoción, horarios más amplios, una creciente tendencia del comercio electrónico, además de la inflación por la cual precios de comida o gasolina se han incrementado, lo que ayudará a llegar a dicha cifra histórica. contorno
Referencia:
National Retail Federation www.nrf.com