La ONU denunció hoy que la milicia integrista islámica Al Shabab ha confiscado bienes y propiedades de algunas de sus agencias y de varias organizaciones no gubernamentales (ONG) en Somalia, a las que ha prohibido llevar a cabo su labor humanitaria en el país.

 

 

“El secretario general condena en los términos más enérgicos posibles la confiscación de propiedades y equipamiento que pertenecen a agencias de Naciones Unidas y varias ONG llevada a cabo hoy por Al Shabab”, señaló el portavoz de Ban, Martin Nesirky, en un comunicado difundido en la sede central del organismo en Nueva York.

 
Según denunció la ONU, grupos de Al Shabab han tomado posesión de varios campamentos humanitarios en las regiones meridionales de Bay, Bakool, Baja Shabelle y Hiraan, donde además han prohibido a las organizaciones humanitarias y las agencias del organismo internacional realizar su trabajo.

 

 

El máximo responsable de la ONU exigió a los integrantes de la milicia vinculada a Al Qaeda que abandonen de inmediato los recintos que han tomado y que devuelvan el equipamiento sustraído a las ONG y agencias de Naciones Unidas afectadas.

 
“Este acto descarado impide a las organizaciones ofrecer la vital ayuda con la que salvan tantas vidas”, dijo el portavoz de Ban, que exigió además el “levantamiento inmediato” de la prohibición lanzada contra los grupos humanitarios, por la que se les impide trabajar en el centro y sur de Somalia.

 
La subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, también emitió hoy un comunicado en el que mostró su “preocupación extrema” ante las acciones de Al Shabab contra las agencias de Naciones Unidas y varias ONG.

 
“Pido a los grupos asociados a Al Shabab que se retiren inmediatamente de los campamentos humanitarios confiscados esta mañana”, demandó Amos, quien también exigió a la milicia que no lleve a cabo “nuevas acciones que pongan en peligro las operaciones y la seguridad de los trabajadores humanitarios en el país”.

 
La subsecretaria general de la ONU pidió asimismo que Al Shabab levante la prohibición dictada sobre las ONG y las agencias de la ONU para evitar que trabajen en zonas que están bajo su control y subrayó que las organizaciones que trabajan en Somalia han salvado miles de vidas en el país y son “estrictamente neutrales”.

 
Desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, Somalia ha vivido una constante guerra civil y carece de un Gobierno efectivo, una situación que ha permitido a la milicia radical islámica de Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, acrecentar su poder y su dominio territorial en los últimos años.

 
Ese grupo, que ha puesto repetidos impedimentos a la entrega de ayuda humanitaria ante la presente situación de hambruna que atraviesa el país, pretende derrocar al Gobierno transitorio y establecer un estado musulmán de corte wahabí en el Cuerno de África.