Un grupo de estudiantes islámicos asaltaron hoy la Embajada del Reino Unido en Teherán, donde arrancaron la bandera británica, saquearon la documentación y causaron daños en algunas instalaciones.

 

 

El incidente se produjo durante una manifestación de estudiantes frente a la legación británica, convocada por organizaciones universitarias ultraconservadoras, en respuesta a las medidas financieras adoptadas la semana pasada por Gran Bretaña.

 

 
El régimen islámico, en respuesta a estas medidas, ha decidido reducir sus relaciones diplomáticas con Gran Bretaña.

 

 

Varias decenas de estudiantes se enfrentaron a los policías que vigilaban la manifestación, saltaron el portalón situado en el muro que rodea la Embajada y, tras sustituir la bandera británica por la iraní en el mástil del edificio, entraron en sus dependencias, saquearon abundante documentación y la arrojaron por las ventanas.

 

 
Posteriormente, los concentrados siguieron arrojando piedras, huevos y otros objetos contundentes contra el portón y el muro de la Embajada, sin que se haya informado de heridos o lesionados hasta el momento.

 

 
Los asaltantes también gritaban “vamos a apoderarnos de la Embajada británica”, en recuerdo de la invasión, en 1979, de la legación de Estados Unidos, que estuvo ocupada por estudiantes islámicos, apoyados por el régimen del ayatolá Ruhola Jomeini, durante 444 días.

 

 
Antes de iniciarse el incidente, varios centenares de estudiantes concentrados en el lugar, habían coreado consignas de “muerte a Inglaterra”, “muerte a Estados Unidos” y “muerte a Israel” y quemado varias banderas británicas e israelíes.

 

 
El suceso se produce dos días después de que el Parlamento iraní ratificase por amplia mayoría una ley para rebajar el nivel de las relaciones con el Reino Unido a nivel de encargado de negocios, lo que supone la retirada de embajadores.

 

 

La ley paso ayer su último trámite, al ser convalidada como constitucional por el Consejo de Guardianes de la Revolución iraní, por lo que, según su propio texto, el Ministerio de Asuntos Exteriores tiene dos semanas para aplicarla y reducir al mínimo las relaciones políticas y económicas con el Reino Unido.

 

 
La reducción de las relaciones se produce en respuesta a la decisión británica, adoptada el lunes de la semana pasada, de imponer nuevas sanciones financieras a Irán, medidas que también acordaron en esa fecha Canadá y Estados Unidos.

 

 
Estas sanciones se deben a la sospecha manifestada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de que el programa nuclear iraní tiene una vertiente militar, lo que Teherán ha negado tajantemente y asegurado que es exclusivamente civil, con fines pacíficos.