Una canadiense que encabezó una misión humanitaria a Libia en verano, y dos contratistas de una agencia privada de seguridad estadounidense que ofrecen servicios de mercenarios, fueron detenidos en México, reportó el periódico canadiense The National Post

 

El Departamento de Asuntos Externos en Ottawa confirmó el arresto de la canadiense Cynthia Vanier, y dijo que su consulado en la Embajada en México estaba reuniendo información sobre la detención. La Secretaría de Relaciones Exteriores no ha precisado el porqué del arresto de las tres personas, ni porqué se mantiene bajo custodia el avión en el cual se transportaban.

 

Según el informe del periódico, quien supo del arresto el domingo pasado, aunque no se tiene claro cuándo se realizó, fue Mahmod Razwan, de Windsor, Ontario, presidente y fundador de la Asociación para la Amistas Libia-Canadiense, quien le dijo a The National Post que fue contactado por Vanier en el verano, para que le sirviera como traductor en una misión humanitaria a Libia.

 

Razwan dijo que la seguridad para ese viaje fue proporcionada por Gary Peters, un ex soldado australiano que había formado parte del cuerpo de seguridad de la familia Gadafi, y actualmente director de Can/Aust Security and Investigations International de Cambridge, Ontario. Peters trató de ayudar infructuosamente a escapar de Trípoli a Níger en agosto a Saadi, hijo del depuesto dictador Moammar Gadafi, pero no se encuentra entre los dos detenidos.

 

Junto con Vanier fueron arrestados dos asociados de Veritas Wordlwide Security, una empresa de San Diego que ofrece a sus clientes “operaciones clandestinas”, “combate armado” y abastecimiento de armas, categorías con las cuales se define a los grupos mercenarios.

 

Gregory Gillespie, un ex infante de Marina que dirige la empresa, dijo a The National Post que sus asociados se iban a reunir con Vanier y con su financiero en la ciudad de México, a fin de que les pagaran 40 mil dólares, el 50% restante del monto que le cobraron por el avión en el cual viajó a Libia en agosto, tripulado por dos pilotos mexicanos.

 

Gillespie agregó que hace dos semanas recibió una llamada de Vanier para notificarle que les pagaría el faltante en la ciudad de México. “Mis dos socios viajaron y ahora me dicen que están presos”, indicó. “No entiendo de qué se trata”.

 

Vanier dirige Vanier Consulting Ltd., una empresa con sede en Mount Forest, Ontario, y se especializa, según la información que aparece en su portal, como una negociadora, mediadora y consultora. En un correo electrónico que envió Vanier al diario el mes pasado, aseguró que el viaje a Libia no fue financiado por nadie cuyos fondos estuvieran congelados o se encontrara en una lista negra.

 

Vanier nunca reveló quién había financiado el viaje, pero Gillespie le dijo al diario que cada vez que le insistían que les pagara el faltante, les daba excusas de que trabajaba para el gobierno canadiense y para las Naciones Unidas, lo que no está confirmado.

 

El caso se mantiene todavía con mucha opacidad ante la falta de información, pero se divulga en momentos donde el gobierno de Estados Unidos presentó una propuesta a empresas de servicios paramilitares para que combatan a los cárteles de la droga en México, a través cuando menos de capacitación para las fuerzas federales mexicanas.