La secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, llegó hoy a Myanmar para discutir con las autoridades del país asiático el proceso de reformas, en la primera visita de un jefe de la diplomacia de Estados Unidos en 55 años.

 

Clinton aterrizó, procedente de Corea del Sur, en Naypyidaw, la nueva capital del país, erigida en 2005 por la Junta Militar que ha gobernado con mano de hierro Myanmar durante las últimas décadas, antes de ceder a un gobierno “civil” el poder en marzo.

 

La visita de Clinton se produce dos semanas después de que fuera anunciada por el presidente Barack Obama, cuya Administración ha decidido poner fin a años de ostracismo como respuesta a los signos de apertura mostrados por el Ejecutivo birmano a lo largo de los últimos meses.

 

Clinton pidió este miércoles a Myanmar que promueva un “cambio que beneficie al pueblo” y aseguró que su visita no está destinada a levantar las sanciones que pesan sobre el régimen, sino a comprender “cuáles son las intenciones del gobierno actual en lo que se refiere a las reformas, políticas y económica”.

 

Entre los pasos más importantes dados por el gobierno birmano del presidente Thein Sein –primer ministro durante el último período de la Junta Militar- figuran la amnistía a cientos de presos políticos (de un total de dos mil) y el fin de la detención residencial de la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.

 

Estados Unidos reiteró desde el inicio que apoya el proceso de reforma en el país, en especial los contactos con la oposición liderada por Aung San Suu Kyi, cuyo partido político, la Liga Nacional por la Democracia (LND), volverá a participar en las elecciones.

 

Clinton tiene previsto reunirse mañana con el primer ministro, Thein Sein, antes de desplazarse a Rangún, la antigua capital, para entrevistarse con Aung San Suu Kyi y otras personalidades de la oposición.

 

Se trata de la primera visita de un jefe de la diplomacia estadunidense a Myanmar desde 1955 y se espera que la llegada de Clinton pueda ir acompañada en un futuro próximo del fin de las sanciones económicas que Estados Unidos impone a Myanmar desde hace décadas.

 

Estas sanciones han provocado que Myanmar, país pobre del sudeste asiático pero rico en recursos naturales y situado en una posición estratégica, haya reforzado sus lazos con China, uno de sus principales socios comerciales, con un comercio bilateral de cinco mil 400 millones de dólares en 2010.

 

China, mayor inversor extranjero en Birmania, con más de 13 mil millones de dólares en 2010, ha sido durante años uno de los principales apoyos del régimen militar que se impuso en el país en la década de 1990 y que provocó las sanciones de Occidente.

 

La visita de Clinton a Myanmar, un país hasta hace poco enfrentado con Occidente, ha sido percibida con desconfianza por Pekín, que teme perder su ascendente sobre un socio de importancia estratégica, porque le permite acceso al Océano Indico.

 

En especial después de que Myanmar suspendiera este año la construcción de una presa en el norte del país y valorada en más de tres mil millones de dólares, cuyas obras iban a ser acometidas por una empresa china.