Las mujeres hispanas son mucho más propensas a quitarse la vida durante el embarazo y después de él, asegura un estudio de la Universidad de Michigan.

 

La investigación, que se basa en el análisis de datos nacionales del Sistema de Salud, precisa que el 10 por ciento de los suicidios entre mujeres que esperan un hijo son cometidos por hispanas y el nueve por ciento de los que ocurren un año después, en comparación al cuatro por ciento de quienes se quitan la vida y no están relacionadas a un embarazo.

 

El estudio, que es publicado en la revista General Hospital Psychiatry, recomienda una mayor atención a los signos de depresión y conflictos con su pareja en las mujeres embarazadas y nuevas madres, como una forma que ayudaría en la identificación de las mujeres con un riesgo de suicidio.

 

Y aunque la investigación indica que son pocas mujeres que al estar embarazadas o luego de dar a luz se suicida, advierte que las interacciones frecuentes con el sistema de cuidado de la salud podría proporcionar oportunidades importantes para que los proveedores de atención intervengan si se entienden mejor los factores de riesgo.

 

Durante cinco años los investigadores analizaron los datos de este tipo de suicidio del sistema de Informe Nacional de Muertes Violentas, iniciado en 2003.

 

Este banco de datos vincula múltiples fuentes de información y proporciona detalles, como características demográficas, estatus de embarazo, salud mental, abuso de sustancias y circunstancias que precipitaron el incidente.

 

Sin embargo, los autores advierten que la muestra de dos mil 83 suicidios entre mujeres en edad de reproducción, de 15 a 24 años, se obtuvo sólo de 17 estados cuyos datos estaban disponibles.

 

Para el estudio hicieron falta elementos como las condiciones de salud, violencia doméstica no denunciada, así como otros factores precipitantes.

 

Más de la mitad de las mujeres que se ha suicidado en los últimos cinco años tenía un diagnóstico conocido de salud mental, el más común es el trastorno del ánimo, con el 95 por ciento, y en casi la mitad de los casos se sabía que la mujer estaba deprimida.

 

“Los resultados nos permiten contar con un panorama más completo de quiénes son estas mujeres y qué las ha llevado a estos hechos trágicos. Éstas muertes afectan a las familias y a las comunidades y causan mucho dolor y devastación”, dijo la autora principal del estudio, Katherine J. Gold, profesora de la Escuela de Medicina de la UM.

 

En el caso de las mujeres que se suicidaron después del parto, los datos muestran que eran más propensas que otras mujeres ha haber sido identificadas como afectadas por un ánimo deprimido en las dos semanas anteriores al suicidio, indicó el estudio.

 

El 56 por ciento de todas las víctimas tenía un diagnóstico de enfermedad mental; el 32 por ciento había intentado suicidarse antes; y el 28 por ciento tenía un problema conocido de abuso de alcohol o drogas al tiempo de su muerte.

 

“La depresión y el uso de drogas son factores de riesgo para todas las personas, incluidas las mujeres embarazadas y post parturientas”, dijo Gold.

 

El nivel de educación y el status marital eran muy similares entre todas las mujeres embarazadas, post parturientas y no embarazadas que habían cometido suicidio.

 

“La investigación previa ha demostrado que los trastornos depresivos afectan del 14 al 23 por ciento de las mujeres embarazadas y post parturientas, y los trastornos de ansiedad del 10 al 12 por ciento”, expuso la coautora Christie Palladito, de la Universidad de Ciencias de la Salud de Georgia.

 

“Hemos sabido por mucho tiempo que la depresión profunda es un factor en el suicidio, pero estos datos nos muestran, por ejemplo, que las mujeres embarazadas y post parturientas que se quitaron la vida tenían una incidencia mucho más alta de conflictos con sus parejas que otras mujeres en el mismo estado”, añadió.(Notimex)