El nuevo gobierno de unidad nacional de Grecia enfrenta hoy su primera huelga general de 24 horas, desde que Lucas Papademos asumió el cargo de primer ministro el 11 de noviembre pasado.

 

El paro laboral fue convocado por los principales sindicatos del país helénico, en protesta al presupuesto de austeridad y los recortes al gasto social, anunciados por el nuevo gobierno interino, que debe cumplir con las condiciones internacionales para la ayuda financiera.

 

El servicio de trenes y autobuses suspendieron sus operaciones desde las primeras horas de este jueves, mientras escuelas oficinas públicas permanecen cerradas y los hospitales trabajan con personal mínimo para atender sólo emergencias.

 

A la par de la huelga, partidos políticos y organizaciones de trabajadores convocaron para esta mañana a una marcha por el centro de la capital griega, que concluirá con un mitín en la Plaza Omonia, según un reporte del sitio Athens News.

 

Para la tarde están convocados otras manifestaciones de protestas en los alrededores del Ministerio de Hacienda y la Plaza Syntagma, cercana a la sede del Parlamento, que debe dar luz verde al presupuesto del nuevo ejecutivo de coalición la próxima semana.

 

El presupuesto para 2012 incluye una serie de aumentos en los impuestos y recortes en el gasto para reducir a por lo menos un 6.7 por ciento el déficit el año próximo y que regrese la tranquilidad a la economía.

 

Contario al servicio de transporte público, el Metro de Atenas va a trabajar como de costumbre, a fin de permitir a los huelguistas trasladarse hasta las zonas donde han sido convocadas las protesta, mientras que el ferrocarril suburbano trabajará de manera parcial.

 

A la huelga de 24 horas se unieron marineros y trabajadores de los primeros puertos del país y de la Federación de Aviación Civil, lo que ha provocó retrasos y cancelaciones de vuelos nacionales e internacionales.

 

También participan empleados del sector de público, de Justicia, de gobiernos locales y fondos de seguridad social, así como trabajadores de empresas privadas y bancos, integrantes de la Confederación General de Trabajadores (GSEE), que tiene 2.5 millones de miembros.

 

Para garantizar la seguridad de los manifestantes, la Policía desplegó unos 12 mil uniformados al centro de Atenas y los alrededores de los edificios públicos, así como elementos de la policía anti motines para prevenir posibles disturbios.