La noche del martes Fernando González Sánchez, yerno de Elba Esther Gordillo, fue obligado a renunciar a la subsecretaría de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública; con esa medida se cerró una alianza sellada en 2006 entre la lideresa del sindicato de maestros y Felipe Calderón.
El pacto de votos y vigilancia en las casillas a cambio de posiciones en la administración pública vivía sus momentos finales. El 13 de noviembre, en la elección para gobernador en Michoacán, se pasó la penúltima página ya que PAN y Nueva Alianza, coaligados para apoyar a Luisa María Calderón, hermana del presidente, no salieron triunfadores en la contienda.
Ayer, en un acto público en el que no se admitieron preguntas se anunció la separación del cargo de González Sánchez, quien será sustituido por Francisco Ciscomani Freaner, allegado del secretario de Educación, Alonso Lujambio.
González Sánchez negó, como lo hizo durante cinco años, ser una “cuota” política de su suegra e insistió en que es un político con trayectoria propia. Continuación de ésta sería su salida de la SEP para buscar una senaduría por Sinaloa como candidato de la alianza PRI-Panal, pero en el gobierno no esperaron a que se despidiera y le solicitaron la renuncia.
Terminó así un acuerdo entre Gordillo de un lustro, desplazada del PRI, partido en el que siempre militó, y Calderón, que se hizo explícito semanas antes de la elección del 2 de julio de 2006, cuando Nueva Alianza, el partido formado por Gordillo, lanzó un comercial en el que pedía a los votantes que le diera un sufragio, suficiente para mantener el registro. El otro, se entendía, era para el candidato Calderón.
A cambio de ese respaldo, Gordillo recibió varias posiciones en la segunda administración panista: la secretaría del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que fue a manos de Roberto Campa, candidato presidencial del Panal; la subsecretaría de Educación básica, a cargo del yerno, González Sánchez; la Lotería Nacional, para Francisco Yáñez, viejo colaborador de la profesora; el ISSSTE para Miguel Ángel Yunes, otro de sus allegados.
Los puestos parecían empeñados a Gordillo al grado de que en la Lotería Nacional hubo dos cambios de director. A la salida de Yáñez llegó Miguel Ángel Jiménez, uno de los fundadores del Panal, y cuando éste renunció, acusado de desviar dinero de la institución para apoyar al PAN en campañas para gobernador, se designó director a Benjamín González Roaro, quien como subsecretario de Educación en el gobierno de Ernesto Zedillo se convirtió en operador de Gordillo, aunque en los últimos años se distanció de ella.
El 18 de noviembre pasado el pacto comenzó su cuenta regresiva: el Panal anunció que iría en coalición con el PRI para las elecciones del año entrante y en el aire estaba el decepcionante resultado de Michoacán, en donde la hermana del presidente perdió por 3 puntos porcentuales pero el Panal, supuestamente un granero de votos, sólo aportó 10 mil a Calderón, insuficientes para derrotar al priista.
Esta semana hubo un nuevo cambio en la dirección del ISSSTE. Salió Jesús Villalobos, como lo había solicitado la profesora Gordillo, pero se nombró a Sergio Hidalgo Monroy, quien pertenece al equipo del presidente.
Unas horas antes de que se cumplieran cinco años de la llegada de Calderón al poder concluyó la purga de elbistas. Los antiguos aliados tienen nuevos amigos y su recompensa caducó.