En México el sexo sin protección prevalece como la principal vía de transmisión del Virus de Insuficiencia Humana (VIH) que produce el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida), señaló la especialista Carmen Soler Claudín.
La académica del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que modificar las conductas de la población es complejo, porque implica abordar asuntos como las relaciones extramaritales o entre personas del mismo sexo, así como las prácticas tempranas de los adolescentes.
En el marco del Día Mundial de Lucha contra el Sida, agregó que “el VIH/Sida es un problema de salud grave. En hombres jóvenes es una de las principales causas de mortalidad, y no se trabaja suficiente en la prevención”.
Soler Claudín refirió, según un comunicado de la UNAM, que algunas vías de transmisión como las transfusiones sanguíneas se controlaron con políticas públicas que prohibieron la comercialización, práctica común que en la década de los 80 facilitó la propagación de la infección.
Expuso que para combatir otras formas de contagio es necesario erradicar estigmas y avanzar en educación sexual, con campañas dirigidas a grupos como varones que tienen sexo sin protección con otros hombres y las personas que consumen drogas intravenosas.
“También es fundamental mejorar las pruebas de diagnóstico, para que se hagan a tiempo y sean seguras, confidenciales y a bajo costo”, propuso la experta.
Según datos del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/Sida (Censida), entre 1983 y junio de 2011 se diagnosticaron en México 123 mil 162 hombres (82 por ciento) y 26 mil 721 mujeres (18 por ciento) con la infección.
En este contexto, Soler Claudín informó que la mortalidad se ha mantenido por debajo de cinco mil casos al año, no ha crecido, pero no se ha reducido.
“Se debe a que tenemos un problema estructural, pues por un lado, hay abasto de medicamentos con programas como el Seguro Popular, que ayudan a detenerla, pero por el otro no se hacen diagnósticos a tiempo, más de la mitad de las pruebas reactivas son falsos positivos, y faltan profesionales en química para integrarse a los servicios”, explicó.
La actual asesora del Censida y quien por seis años coordinó el programa de VIH/Sida de la ciudad de México, como parte de un convenio entre la UNAM y el gobierno capitalino, recordó que las pruebas de detección requieren, por Norma Oficial Mexicana, de una segunda de confirmación.
“A veces las personas se hacen una prueba y se angustian inútilmente si sale positiva, no está confirmada y resulta que no tienen VIH. En el caso contrario, se van tranquilas y tienen el virus, lo que implica que no inician su tratamiento ni afrontan la infección, lo que incrementa el riesgo para ellas y los demás”, dijo.
Soler Claudín recordó que Censida lleva un registro oficial de enfermos con Sida, pero faltan reportes de quienes viven con VIH. “Se estima que en ese grupo puede haber más de 120 mil ciudadanos en el país”, alertó.