1.Luis tiene una pequeña librería en Buenos Aires y acude a la FIL de Guadalajara representando a sellos editoriales independientes como Argonauta, Cactus, Entropía y Mármol-Izquierdo, entre otros. Su stand es tan pequeño que las conversaciones no requieren de algún tipo de preámbulo imaginativo. Entre la empatía recíproca y su afabilidad me recomienda algunos títulos, dos libros del cuentista Fabián Casas, Los Lemmings y otros y Ocio, y una novela de Pola Oloixarac, Las teorías salvajes. De manera entrecomillada su stand se encuentra en la zona internacional de la FIL. Entre El Sótano, una tienda de joyas y varios módulos de estaciones de radio, el perfil internacional de la zona se difumina. Luís me comenta que su librería la abrió en abril de 2001, unos meses antes de que estallara la crisis del corralito; implacable carta de presentación sobre su experiencia en los vaivenes económicos del sector del libro.

 

Luís, con melena ingobernable está sorprendido por lo que sucede en la FIL de Guadalajara. “Entre las ferias de Guadalajara y Madrid, prefiero la de Guadalajara”. La “emoción de los jóvenes” al quedarse unos segundos frente a los libros, tocándolos y echándoles un ojo “no es, ni de cerca, una experiencia comparable entre ambas ferias”. En efecto, mientras charlamos, un grupo de adolescentes se arremolina en el breve espacio; una chava coge el libro Historias de éxtasis de Frédéric Beigbeder (Dedalus Editores), lo contempla cinco segundos y pregunta por el precio. Se lo lleva.

 

Luís retoma el tema y me comenta que, en estricto sentido, Madrid y Guadalajara no tendrían que ser ciudades comparables por la naturaleza de sus respectivas administraciones públicas, “Madrid es capital del país y Guadalajara no”. Misteriosos fenómenos.

 

2.Un jefe de meseros ataviado con un saco rojo se encarga de servir el café a dos contertulios. No es un Sanborns común y corriente, se trata de un módulo convertido en un diminuto parque temático. Su ornamento es idéntico al de un restaurante Sanborns. Sobra decir que, si las mesas y sillas son idénticas al del Sanborns original, las tazas (pertenecientes a la famosa vajilla azul de cerámica mexicana) se convierten en una especie de gobernadoras semióticas. Continúo en la sala entrecomilladamente internacional de la FIL.

 

Por algunos segundos, de manera inocente, me pregunté por alguna razón que justificara la presencia de un parque temático Sanborns en la FIL. En efecto, Sanborns es la principal librería del país. Representa 50 por ciento del total de librerías. Así de claro. Alrededor de la cafetería Sanborns un grupo numeroso de adolescentes observa con atención a Jordi Rosado quien confiesa, lúcidamente, que escribir un libro “no es fácil”.

 

Misterioso fenómeno.

3.No hay algo peor que una FIL tomada por políticos presentando sus libros no escritos por ellos pero sí firmados por su pluma. Enrique Peña Nieto no requirió cargar la tambora para reunir a cientos de personas. (¿A quién diablos se le ocurre venir a FIL a escuchar a los candidatos?) Ni modo. Ni hablar de Josefina Vázquez Mota (se extraña el libro Dios mío hazme viuda por favor, sobre todo, si contemplamos la portada de la revista Quién donde aparece en la mejor escena de la happy family) cuyos promotores editoriales tuvieron la mala suerte de colocar su libro junto al de Justin Bieber.

Entre los sucedáneos de esta temática se encuentra De frente, de Carlos Navarrete, La reforma humanista, derechos humanos y cambio constitucional de México (vaya nombre anti mercadológico) y el de Marcelo Ebrad que, intuyo, ha de estar descontinuado por razones de coyuntura.

 

Misterioso fenómeno.

4.En la sala internacional se encuentran los siguientes stands: Instituto de justicia alternativa de Jalisco; Yes your english system; Prelasa-Cuba presenta los discos de La tremenda corte de Tres Patines por 300 pesos; Pabellón de la transparencia del gobierno de Jalisco; Centauro´s video, donde se puede encontrar la película Santo contra los asesinos de otros mundos por 49.90 pesos o el video El mundo de Tatiana por el mismo precio; el ya mencionado parque temático Sanborns; Consejo de la comunicación, voz de las empresas; Televisa; y, lo sorprendente, Joyas Flora María.

 

Difícil asimilar una joyería o un parque temático a las palabras sala e internacional. Quizá alguien conozca la respuesta. Se entiende que el layout de la FIL no ha de ser sencillo, hay que llenar los espacios.

 

Misterioso fenómeno.

 

5.Sofía estudia Literatura en la Universidad de Guadalajara. Me comenta que el pabellón alemán ha sido el mejor de las últimas ferias, “al menos, de los últimos cinco años a los que he venido”. Se trata de una naturaleza literaria; árboles con hojas de libro dispersos en todo el bosque de la selva negra. Simple explicación de un alegre espacio disfrutable desde el utópico escenario de una FIL sin gente.

Misterioso fenómeno.