En los últimos años, los robos de vehículos, que posteriormente son utilizados por la delincuencia organizada para llevar a cabo ejecuciones y privaciones ilegales de la libertad calificadas como “levantones”, también se han disparado.
De acuerdo con Mario Crosswell, director de la Oficina Coordinadora de Bienes Asegurados (OCRA), “el 20 o 25% de los carros los traen los sicarios, el crimen organizado, lo mismo para ‘levantones’ que para secuestros, para las ejecuciones. No hay un evento en el cual participe el Ejército, la Secretaría de Seguridad Pública Federal, en enfrentamiento con estos sujetos, en que no aparezcan carros robados”, aseguró quien también fuera funcionario de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
Ejemplo de lo anterior se dio apenas con el hallazgo de 26 cuerpos sin vida en un lugar público de Guadalajara, Jalisco, el 24 de noviembre pasado.
Las tres camionetas, una Voyager, una Nissan, y una Dodge Ram, con placas de Jalisco, Colima y Estado de México, tenían reporte de robo.
En enero pasado, un coche bomba estalló en Tula, Hidalgo. La unidad, un Bora color plata, con placas del Estado de México, había sido robado días antes. En ese atentado falleció un mando policial y tres policías más resultaron con heridas de gravedad.
Crosswell Arenas también denunció que la otrora organización criminal de La Familia Michoacana robaba automóviles último modelo nuevos del Distrito Federal y Estado de México, para utilizarlos en actividades criminales y revenderlos en el mercado negro.
A esta organización criminal se le responsabiliza de robar en 2009 por lo menos seis tráileres nodriza que transportaban 80 unidades último modelo, en el DF, y 60 carros nuevos en el Valle de Toluca.