Las autoridades deben investigar por qué Mexicana llegó a la insolvencia y dejó de volar, dice Luis Cervantes Muñiz, uno de los abogados más prestigiados en México en las prácticas de litigio, concursos mercantiles y aviación.

 

“No veo alguna razón por la cual no se estén tramitando, procesando, investigando, qué fue lo que llevó a la empresa a esta situación. Esto con independencia de si va a salir adelante o no hay una responsabilidad, hay una explicación del por qué se llegó a donde se llegó”, advierte en entrevista.

 

Mexicana de Aviación debería seguir volando, igual que American Airlines lo hace a pesar de que hace unos días sus problemas financieros la hicieron aceptar que está en bancarrota y acogerse al capítulo 11 de la ley de quiebras, pero no puede hacerlo desde hace 15 meses.

 

“Mexicana es un tema aparte. Tenemos el caso de American Airlines, tenemos el caso de Continental, de Delta, todas las líneas aéreas que entraron en concurso, Varig. Si tienen viabilidad, con el sacrificio de accionistas, de trabajadores, de acreedores, etcétera, se reestructura y continúa la empresa, que es el objetivo de la ley”, explica.

 

“Son distintas leyes, la mexicana y la de Estados Unidos, pero en donde sí coinciden es en que el objetivo del concurso mercantil es garantizar la preservación de la empresa, o asegurar, o facilitar más bien, la conservación de la empresa como unidad económica, como empleador, como sujeto de impuestos, como prestador de servicios, en este caso con gran énfasis en la conectividad, que es una prioridad para nuestro gobierno, lo que le importa al país es que haya conectividad”.

 

Aquí la diferencia es que en American Airlines lo hicieron responsablemente, garantizando el mantenimiento del servicio, que al final del día es lo que puede generar flujos para reestructurar los pasivos.

 

El socio fundador de Cervantes Sainz Abogados recuerda en entrevista que hay ejemplos de empresas mexicanas concesionarias o prestadoras de algún servicio público que han entrado y salido de concursos mercantiles, sin dejar de operar.

 

“Concesionarias de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, como Satélites Mexicanos. (Satmex) entró a concurso hace algunos años, salió del concurso. Volvió a entrar a concurso y vuelve a salir de concurso. Sin que se haya interrumpido en un solo momento ni los programas de inversión de la empresa, ni mucho menos la operación de la empresa”.

 

Pone otro ejemplo:

“El caso de Iusacell, empresa concesionaria del servicio público de telefonía celular, entró a concurso en el 2006 o 2007, salió del concurso, tuvo necesidad de volver a acudir al concurso, por devaluaciones y cuestiones que impactaron muy seriamente sus operaciones, pero no dejó un solo día de prestar el servicio”.

 

Empresas que hoy están en esa situación:

“Vitro está en medio de un concurso mercantil, en donde hay plazos fatales que se han respetado y se están respetando, y la empresa, lejos de descontinuar o interrumpir sus operaciones, ha trabajado con mucho más ahínco, y eso le va a permitir muy probablemente salir airosa del concurso mercantil”.

 

Y una más que suspendió operaciones:

“Aviacsa, estuvo en concurso mercantil, porque ahí sí tenía una situación de falta de requisitos técnicos para volar; ahí sin duda la prioridad es la seguridad del pasajero, pero es una empresa que va a regresar con una deuda reestructurada. Entiendo que en estos días están cerrando ya los acuerdos para el financiamiento con gente seria, que sí tendrá acceso al capital que se requiere y estoy seguro que Aviacsa, en un par de meses cuando mucho, la vamos a volver a ver volar”.

 

Cervantes dice que en el caso de Mexicana incidieron muchos otros factores: el tipo de cambio, el precio de la turbosina y un contrato colectivo de trabajo muy pesado.

 

“Pero eso por ningún motivo significaba que tuvieran que dejar de volar, o cancelar sus operaciones. Pudieron haberlo hecho en forma ordenada, continuando operaciones, comprometiendo flujos para el complimiento por lo menos parcial de sus principales pasivos”, dice el experto. “No hay razón alguna legal que hubiera impedido que Mexicana continuara volando”.

 

Lo que pudo provocar esta situación, dice, es Grupo Posadas, accionistas que de un origen estaban en una situación de conflicto de interés, porque querían juntar la actividad hotelera con la actividad del transporte aéreo.

 

“Posiblemente por ese lado hubo algunas conductas que habría que revisar para ver si fueron legales, yo opinaría que no, y exprimieron a las empresas hasta que vieron la última gota. Y después, de una manera irresponsable aventaron las acciones por mil pesos. Echarse a correr y dejar la bomba en manos de otro”.

 

De acuerdo con Luis Cervantes Muñiz, Mexicana ha muerto:

“La actuación del conciliador (Gerardo Badín) como del juez (Felipe Consuelo Soto) ha dejado mucho que desear. Yo creo que tanto el IFECOM (Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles) como el juez, como la Secretaría del Trabajo, como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), como el conciliador, como los accionistas, creo que todos están sentados alrededor de una mesa, donde en medio hay un cadáver pero nadie se atreve a firmar el certificado de defunción. Pero todos saben que está muerto”.

 

—Nadie entiende lo que pasa…

 

—Creo que nadie lo comprende y pues es justamente por la falta de claridad en los intereses.