Es 1983 y la recesión golpea fuerte a la pequeña ciudad de Cork en Irlanda. Convertida casi en un pueblo fantasma, sus aburridos habitantes sólo pueden esperar a que algo extraordinario pase para animar sus monótonas vidas. El hastío sin embargo parece afectar sólo a los adultos, los niños aún se dan permiso para el juego y la imaginación. Uno de ellos, Paco (Jamie Kierans), es un huérfano que, a la vieja usanza de ET, constantemente ve al cielo esperando que un día que algún extraterrestre lo visite.
La espera por un evento extraordinario termina cuando un piloto colombiano llamado Ernesto (Demián Bichir) estrella por accidente su avioneta en las cercanías del pueblo. Paco (quien gracias a las lecciones de su fallecido padre habla algo de español) lo ayuda no sólo para salir del avión accidentado sino que lo lleva a su casa para esconderlo y darle de comer, cual si fuera su nueva mascota.
Paco no logra mantener por mucho tiempo el secreto, su mamá (la guapa Kerry Condon) descubre al extraño huésped que no habla inglés y pronto la comunidad entera irá tras el piloto accidentado. Paco, en su precario pero inteligente uso del idioma español, convence a la comunidad de que Ernesto no sólo es amigo sino que habría que ayudarlo a regresar a Colombia, ¿cómo? pues claro, arreglando su avioneta y construyendo una pista de despegue para la misma. Fácil, ¿no es así?
Escrita y dirigida por el debutante Ian Power, The Runway (“Amigos por Accidente”) está basada (más o menos) en la historia de un accidente aéreo ocurrido en aquella localidad. Con buen ritmo, ingeniosos diálogos, buenas actuaciones y sobre todo un cast muy bien cuidado, The Runway resulta en una agradable comedia cuyo mayor mérito es la sencillez (que no simpleza) de su armado.
El director Ian Power no permite que su cinta se pierda en el derrotero de las ”películas para niños”, pero tampoco se inclina por un trasfondo complejo o aleccionador que termine por dormirnos a todos. Se trata de una pieza plena de buen humor, con personajes sencillos pero bien definidos y con una historia que apela a todo público pero sin las banalidades que usualmente permean en las cintas “para toda la familia”. Es una comedia que no atenta a nuestra inteligencia.
Mención aparte merece la actuación de Demian Bichir. El hombre que hace 10 años se convirtiera en el actor cliché del cine nacional ha sabido, poco a poco, abrirse terreno en proyectos fuera de México, demostrando que, a pesar de todo, es un actor más que competente. ¿Cómo llegó Demian Bichir a un proyecto tan local cómo esta pequeña película Irlandesa? No lo sabemos, pero lo cierto es que su inclusión en el reparto es una gran decisión. La interacción entre Demián y el pequeño Jamie Kierans son el fundamento de la película, sin esa química la cinta no sería la mitad de disfrutable que es.
Con obvias reminiscencias a ET, y Millions (Boyle, 2004), “Amigos por Accidente” es una agradable y ligera comedia familiar que, aunque está lejos de ser perfecta, inevitablemente nos arranca una sonrisa.
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