EL CAIRO. El hijo del difunto gobernante libio Moamar Gadafi “niega rotundamente” que haya planeado ingresar de manera ilegal en México cuando pretendía escapar de su país natal tras la caída del régimen de su padre, dijo el viernes su abogado.
Al-Saadi Gadafi huyó en septiembre hacia el país vecino de Níger cuyo gobierno le concedió refugio.
México afirmó el miércoles que al-Saadi y tres de sus parientes habían orquestado un plan para ingresar furtivamente en el país con nombres falsos y refugiarse de manera clandestina en una ciudad turística costera.
El abogado defensor Nick Kaufman, que ha participado en diversos casos penales internacionales, dijo en un correo electrónico a The Associated Press que al-Saadi huyó de Libia debido a que temía por su vida y agradeció el refugio que le otorgó el gobierno de Níger.
Kaufman desmintió que al-Saadi estuviera implicado en alguna actividad criminal, pero señaló que “es difícil culparlo de huir de un país donde su vida estaba en grave peligro y donde sin duda habría encontrado el mismo destino brutal como su padre y hermano”.
El mayor de los Gadafi y su familia huyeron de Trípoli cuando la capital estaba a punto de caer finales de agosto ante las fuerzas revolucionarias en medio de una brutal guerra civil.
El dictador y otro hijo, Muatassim, fueron ejecutados después de ser capturados por los rebeldes el 20 de octubre y las circunstancias de ambas muertes recibieron las críticas de diversos grupos defensores de los derechos humanos.
El secretario de Gobernación (ministro del interior) de México, Alejandro Poiré, dijo que participaban en el plan para traer a al-Saadi Gadafi al país dos personas mexicanas, una canadiense y una supuestamente danesa, todas las cuales fueron detenidas.
El funcionario mexicano no reveló los nombres de los parientes que tenían intención de acompañar a al-Saadi Gadafi, conocido por su afición al fútbol profesional y sus roces con la policía en Europa.
Agentes mexicanos de inteligencia descubrieron el plan a principios de septiembre, dijo Poiré.
Las personas confabuladas supuestamente habían viajado en jet a México, donde abrieron cuentas bancarias y compraron propiedades que utilizarían como casas de seguridad en diversas partes del país.
Poiré dijo que la jefa de la confabulación era una canadiense llamada Cynthia Vanier, que fue detenida el 10 de noviembre. Según el funcionario mexicano esta mujer y otros tres sospechosos fueron capturados por los cargos de uso de documentos falsos, tráfico de personas y crimen organizado.
Kaufman rechazó las acusaciones y las describió como un intento para desacreditar a su cliente, quien “rotundamente rechaza que hubiera ideado o financiado alguna plan indebido para conseguir el ingreso ilegal en México”.
El nuevo gobierno de Libia celebró el anuncio de México y solicitó a las autoridades de Níger que cooperen con ellas mediante la entrega de al-Saadi y otras ex personalidades del régimen a fin de que puedan afrontar un juicio justo.
“Agradezco a todos los países y a cualquier parte que detenga a estos criminales, a los que persigue la ley libia, y agradecemos la postura de México”, expresó el ministro del Exterior libio Ashour Ben Khayil. (AP)