El proceso electoral 2012 comenzó en octubre, y aunque todavía las calles no son invadidas con la propaganda de los candidatos a la Presidencia de la República, diputados, gobernadores, delegados y presidentes municipales, las redes sociales son utilizadas como el foro en el que simpatizantes y adversarios apoyan o critican cada una de las frases o actos de los políticos.
Ante el impedimento legal para volcarse en los medios tradicionales, los aspirantes han desatado una estrategia agresiva en redes sociales para escapar de la regulación de las campañas y ahora Twitter, Facebook y YouTube se han convertido en el escenario alterno donde se difunden y desarman argumentos político-electorales.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet, hay 34.9 millones de habitantes conectados a internet, de los cuales cuatro millones 103 mil 200 tienen una cuenta de Twitter, aunque, de éstos sólo dos millones 480 mil son activos. Esto coloca en dimensión los tres días en que Enrique Peña Nieto, aspirante a la candidatura presidencial del PRI, fue hashtag en la red social de los 140 caracteres por su traspié en la Feria Internacional del Libro donde no supo responder cuáles fueron los tres textos que marcaron su vida.
Además, nueve de cada 10 mexicanos está registrado en Facebook.
Respecto del crecimiento de la audiencia o usuarios en Facebook, se puede observar que México ocupa el 6to lugar con 28.5 millones de usuarios a septiembre de 2011 y registró un incremento de 83% en 12 meses. Es el segundo país latinoamericano con mayor crecimiento en este rubro.
Esta cantidad de cibernautas representa la mitad de los 70 millones que se encuentran en posibilidades de votar en los comicios de julio de 2012, aunque de éstos alrededor de 30 millones van a sufragar por primera vez, otros 20 millones ya tienen definido a quién van a elegir en las boletas, pero quedan aproximadamente 10 millones de electores que se encuentran indecisos sobre a quién marcaran en la papeleta. Es a éstos por quienes van los medios tradicionales como la televisión. Las campañas de aire ya comienzan a incidir en las tendencias a favor de algunos aspirantes, dice Francisco Abundis, director adjunto de Parametría.
Aunque el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) establece sólo 90 días de duración para las campañas electorales para Presidente, senadores y diputados, en la práctica y desde hace años, distintos personajes despuntan en la escena de la llamada política 2.0, es decir, de aquella que se debate en el espacio abierto de internet.
Abundis agrega que él no considera que el efecto que se ve en las redes sociales tenga una influencia importante en los sufragios ya que hasta el momento sólo es un sector muy reducido de la población el que está muy al pendiente de las declaraciones de los aspirantes a la Presidencia, “generalmente investigadores y periodistas”, por lo que se requieren otros métodos cuantitativos para medir la influencia de las opiniones que se vierten a través de las redes sociales.
No hay todavía, dice, una forma de medir con claridad cuál va a ser el efecto o cuántos puntos le quitará a determinado aspirante un resbalón o una declaración desafortunada. “¿Van a tener las redes sociales un afecto determinante a favor de alguno de los candidatos? Hasta el momento no lo veo así ya que el número de cibernautas es reducido”.
Por su parte, Alejandro Rubio, director de la consultora Philias, comenta sobre este punto que el fenómeno opinativo y de debate que se nota con mayor fuerza en Twitter no va a tener repercusiones mayores en las urnas, porque sólo es un grupo de tuiteros los que se encuentran politizados y al pendiente de cada uno de los latidos del proceso electoral.
Ya enfilados en la ruta 2012 no tardan en asomarse las campañas negras, explica Abundis, pues “los videos puestos en YouTube de López Obrador, las parodias, etc, lo vamos a poder observar también en Twitter con campañas negras, blancas y de todos los colores, con todos los actores diciendo lo que creen que deben decir y con la opinión pública siguiéndolos cuando creen que los deben seguir o ignorándolos”. Explica que resultará muy interesante observarlos, pero la falta de regulación de este espacio marca un sentido especial porque mucha gente, amparada en el anonimato, va a poder decir muchas cosas que no necesariamente son ciertas ni verificables”.
De acuerdo con el Observatorio Electoral 2012, elaborado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, los políticos dominantes en internet son el priista Enrique Peña Nieto en Facebook, el panista Santiago Creel en Twitter y el perredista Andrés Manuel López Obrador en YouTube.
Los académicos encabezados por Leopoldo Vega y Diego Valadés dieron a conocer el portal universitario en el que se analizará diariamente la actividad de los cinco aspirantes presidenciales en las redes sociales. La página se podrá consultar a desde el portal del Instituto de Jurídicas o en la página info7.juridicas.unam.mx/Electoral2012Mx/, donde habrá un registro pormenorizado de los seguidores, visitas a sitios web, menciones en las redes y fotografías que suban tras sus eventos.
En México existen poco más de tres millones de internautas cuyas edades oscilan entre los 18 y 24 años. Indicó que Facebook es la red social más utilizada en el país con 70 millones de usuarios; mientras que Twitter tiene 4 millones de cuentas activas.
Alejandro Rubio detalla que las redes sociales en internet se convierten en tribunas amigables de los políticos que tienen aspiraciones presidenciales, donde varios de ellos sacan el mayor provecho, por el vacío legal que hay sobre su uso.
Estas plataformas de información resultan ser un paraíso “electoral” para los políticos, pues además de ser gratuitas como Facebook o Tuitter, permitan que sus simpatizantes hagan proselitismo para llevar agua a su molino.
Ya en las pasadas elecciones intermedias del 4 de julio las redes sociales se vieron invadidas, con cierta presencia, por los políticos, debido a que los legisladores federales omitieron fijar reglas en el Cofipe para la propaganda a través de nuevas tecnologías. Es decir, no existen candados para regular los mensajes de los políticos en el internet, donde los candidatos tienen un espacio ilimitado para promover sus ideas, incluso en contra de sus adversarios.
Previo a la contienda electoral presidencial de 2012 se espera que haya reglamentación en el uso de las redes sociales para los candidatos, algo que los partidos políticos ya promueven.
Con un número de usuarios que aumenta exponencialmente, y tras mostrar su capacidad para movilizar a la sociedad en varios países del mundo, las redes sociales pondrán a prueba su poder viral en el voto en México en 2012.
Un buen o mal comentario, la estrategia de campaña para su manejo, y la reputación que los políticos mantengan en estas plataformas, son elementos que hacen de ellas un nuevo espacio de definición en las elecciones presidenciales.
Las redes sociales “serán detonadoras de temas que salten a los medios tradicionales y como articuladores de convicciones de quienes ya tienen una causa con la que simpatizan de manera específica”, considera Raúl Trejo Delarbre, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Por su crecimiento, su influencia en los comicios más importantes del país se sumará a la de grupos de poder como los sindicatos, algunas asociaciones ciudadanas, y las iglesias, mencionó.
Uno de los casos que se ha viralizado recientemente en las redes sociales fue la confusión del precandidato presidencial Enrique Peña Nieto en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde erró al nombrar los libros que marcaron su vida.
Posteriormente, su hija Paulina retuiteó un mensaje en el que se llamaba “pendejos” y “prole” a quienes criticaron al político del PRI. El hecho no solo abarcó los temas nacionales de interés en las redes sociales, sino que fue retomado por los noticieros televisivos, de radio, y los portales de internet de los medios de comunicación, y obligó a Peña Nieto a ofrecer una disculpa.
“Una buena propuesta, un buen comentario, derivados de una buena campaña en redes, o incluso un mal comentario, pueden llegar a millones de personas en un tiempo muy corto y más si es retomado por los medios tradicionales como radio y televisión”, explicó Rodrigo de León, investigador del área Entorno Político y Social del Instituto Panamericano de Alta dirección de Empresas (Ipade).