PANAMÁ. Tras pasar la primera noche en una prisión en pleno bosque tropical cerca del Canal de Panamá, el ex dictador Manuel Noriega comenzó a planificar con los abogados su situación ante la justicia.

 

Uno de los abogados de Noriega en Panamá, Julio Berríos, dijo que planeaba visitar ayer al ex hombre fuerte a la cárcel El Renacer para comenzar a discutir su situación legal y “medidas” a seguir.

 

Berríos señaló que una de las tres hijas de Noriega, Lorena, también servirá de abogada de su padre. El canal local TVN informó que una de ellas, que no identificó, visitó el lunes la prisión.

 

Las autoridades penitenciarias sólo permiten las visitas de familiares en ese centro los fines de semana.

 

El ex gobernante panameño, de 77 años, llegó el domingo extraditado desde Francia dos décadas después que fue sacado de Panamá por una fuerza de invasión de Estados Unidos y tras pagar en prisiones estadounidenses y en Francia condenas por tráfico de drogas y blanqueo de capitales, respectivamente.

 

Panamá repatrió a Noriega desde París para que enfrente tres condenas por homicidio. Además de esas sentencias firmes por crímenes, el ex gobernante tiene otros casos pendientes, entre ellos el proceso por la desaparición y asesinato del dirigente comunitario Heliodoro Portugal ocurrida a comienzos de 1970.

 

Noriega necesita defensa cuando se realice la primera audiencia por ese caso.

 

El presidente de la Corte Suprema, Aníbal Salas, informó el lunes que “se estaba esperando que el señor Noriega llegara a Panamá para cumplir con algunos requisitos, entre esos la notificación (por el caso) de Heliodoro Portugal”.

 

“El Órgano Judicial está preparado para eso. El acaba de llegar y se hará en los próximos días”, agregó.

 

Pero, además, los abogados de Noriega planean solicitar a un juez el beneficio de casa por cárcel como establece el Código Penal para aquellos reos mayores de 72 años y frágiles de salud. No han dado fecha para eso, pero se estima que no demorarían debido al frágil estado de salud del anciano militar.

 

Familiares de víctimas durante el régimen de Noriega reiteraron el lunes su exigencia de que el ex dictador permanezca en la cárcel.

 

“Noriega se fue como un cobarde y llegó como un cobarde”, dijo a la prensa local Susana Ortega, hija de uno de los nueve militares que fueron asesinados en octubre de 1989 tras un frustrado intento de golpe contra Noriega y que se conoce como “la masacre de Albrook”.

 

“Que Noriega diga quién fue el que apretó el gatillo y mató a mi padre si él dice que no fue él”, agregó la mujer.

 

Sólo un grupo de familiares de esos soldados fusilados protestó el domingo fuera de la cárcel, mientras que en algunos edificios del centro de la capital se escucharon golpes de pailas y bocinazos en las calles como repudio al ex gobernante.

 

Los panameños seguían cuestionando el lunes las medidas de seguridad implementadas por el gobierno de Ricardo Martinelli que despistaron a los medios y no dejaron ver la cara del ex dictador durante su traslado del aeropuerto internacional hacia su celda en El Renacer.

 

Las autoridades argumentan que se buscó cuidar la seguridad del militar jubilado y que tampoco lo podían mostrar desde el punto de vista legal sin su consentimiento.

 

“Lo más sensato que oído sobre el retorno de Noriega a Panamá, es que él vino a enfrentar la justicia y no a los medios de comunicación”, escribió el lunes Martinelli en su cuenta de Twitter.

 

Jaime Abad, ex director de la Policía Judicial y crítico al gobierno, adujo que fue evidente “el respeto y reverencia (de las autoridades)” hacia la figura de Noriega.

 

Los medios pudieron finalmente fotografiar al ex dictador cuando las autoridades penitenciaras lo trasladaron en silla de ruedas a un sector para que inspeccionara sus pertenencias del viaje llegadas a la prisión, horas después de su traslado.

 

La ministra de Gobierno Roxana Méndez reiteró el lunes a los medios locales que a Noriega no se le dará un tratamiento especial y que el preso, al igual que se le hace con cualquier otro, será sometido a un plan de actividades de acuerdo con lo que permita su estado de salud.

 

El otrora dictador pasó la primera noche en la cárcel panameña, ubicada en las entrañas de un bosque tropical húmedo. Probablemente Noriega sintió la molestia de los insectos que abundan en el lugar y que incomodó a decenas de periodistas que cubrieron su llegada la noche del domingo. AP