Andrés Manuel López Obrador, precandidato presidencial del Movimiento Progresista, no pudo evitar la maldición de las cifras al iniciar su precampaña presidencial por cuatro delegaciones del Distrito Federal. En la explanada de Gustavo A. Madero el tabasqueño cometió una pifia mientras invitaba a la gente a difundir por todo el país los logros de su gestión al frente de la capital.

 

“Muchos no saben que aquí en el Distrito Federal hay pensión universal para adultos mayores, que hay becas para personas con discapacidad, para madres solteras, que la atención médica y los medicamentos son gratuitos, que el transporte público Metro cuesta dos pesos”, señaló.

 

“¡Tres!”, corrigió la gente de inmediato, mientras el tabasqueño intentaba rectificar el error: “Dije dos pesos porque cuando estuve de jefe de Gobierno así lo dejé”.

 

El viento frío que soplaba a las faldas del cerro del Tepeyac contrastaba con un sol brillante que resultó insuficiente para animar a las cerca de 4 mil personas que se dieron cita en la explanada delegacional. Las banderas permanecían estáticas mientras la gente escuchaba con desgano las palabras de un López Obrador acompañado por los dirigentes nacionales del PRD, PT y Movimiento Ciudadano y una larga lista de precandidatos que buscaban su lugar en la foto.

 

Horas más tarde, López Obrador continuaría su gira por Iztapalapa, bastión histórico al que regresaría luego del apoyo que brindó en 2009 a la actual jefa delegacional Clara Brugada para obtener un polémico triunfo electoral a pesar de los problemas que ocasionó la designación de Rafael Acosta “Juanito” como el candidato oficial.

 

Cerca de 15 mil personas se dieron cita en el deportivo Santa Cruz para recibir al dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional, quien aprovechó la ocasión para refrendar su compromiso con los sectores más vulnerables del país a través de un programa de becas para adultos mayores, madres solteras, personas con capacidades diferentes.

 

“No se entendió bien y se malinterpretó en 2006 cuando dije que por el bien de todos primero los pobres. Algunos pensaron, de buena fe o porque así les convenía, que yo planteaba quitarle a los ricos para darle a los pobres. No se trata de eso, no hace falta despojar a nadie, quitarle bienes a nadie, quitarle riquezas a nadie. De lo que se trata es que el presupuesto público se distribuya con justicia”, señaló.

 

“Eso implicaría darle más al que tiene menos, porque no puede haber trato igual entre desiguales”, agregaría López Obrador tras explicar a detalle su propuesta económica con la que pretende alcanzar un crecimiento del 6% anual para subsanar el déficit de 700 mil empleos anuales que padece México.

 

Sin embargo, fue en el mitin realizado a un costado de la delegación Álvaro Obregón donde las palabras del tabasqueño resonaron con mayor fuerza. La gente no perdía detalle del discurso de un López Obrador que se mostraba más suelto y con mayor confianza mientras retomaba el ritmo de la campaña.

 

La conexión con los cerca de 10 mil simpatizantes que abarrotaron el deportivo Batallón de San Patricio desató un elocuente discurso en el que el tabasqueño hizo un llamado a la reconciliación.

 

“Estoy planteando que logremos un acuerdo entre pobres y ricos, entre todos los mexicanos, de todas las clases sociales, de todas las corrientes de pensamiento, de todas las religiones para que juntos saquemos adelante a nuestro país”, dijo.

 

“Se trata de que haya justicia, igualdad, porque eso es lo que puede garantizar de manera definitiva y duradera que haya tranquilidad y paz social”, agregó López Obrador, quien aseguró podrá financiar sus programas sociales a través de una política de austeridad capaz de terminar con los vicios presupuestales del régimen actual.

 

“Tenemos un gobierno oneroso, que le cuesta mucho al pueblo. El presupuesto es dinero del pueblo, quien mantiene la estructura de un gobierno mantenido y bueno para nada que se tiene en el país”, señaló López Obrador.

 

Aseguró que con estas medidas, logrará que durante los seis primeros meses de su gobierno los adultos mayores de zonas vulnerables reciban una pensión a partir de los 65 años de edad y que ningún joven del país se quede sin lugar en las instituciones de educación pública.

 

La jornada terminó en la explanada de la delegación Benito Juárez, con un aforo mucho menor al registrado en los eventos anteriores, cercano a las 1 mil 500 personas.