Casi dos millones de mexicanos con problemas motrices que derivan en discapacidades físicas o mentales carecen de atención adecuada por la falta de especialistas y los que existen están mal distribuidos. Datos del INEGI destacan que en el país existen más de seis millones de personas con este tipo de padecimientos y solamente hay mil 800 especialistas para su atención tanto en el sector público como el privado.

 

Lo anterior significa que existe un médico por cada tres mil 333 pacientes, quienes además están mal distribuidos porque la mayoría trabaja en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey.

 

“Esto es muy grave porque el sistema de salud todavía no ha tomado en cuenta que cada vez estamos más gordos, somos más diabéticos y tenemos más enfermedades que pueden derivar en alguna discapacidad. Siete de cada 10 mexicanos va a tener algún problema que va a derivar en algún tipo de discapacidad”, advierte Gilberto Franco, subdirector médico del Centro de Evaluación y Rehabilitación Biónica y Robótica (Cerebro).

 

Otro punto a considerar es que la población está envejeciendo y en la medida que llega a la tercera edad crecen las posibilidades de que presente algún tipo de discapacidad que le resta independencia y libertad de movimiento como pueden ser los males neuronales, la pérdida de movimiento en alguna extremidad o enfermedades como el parkinson.

 

Destacó la necesidad de fomentar el uso de nuevas tecnologías para tratar estos males como la neuro- rehabilitación a través de la biónica o la robótica que incorpora robots que ayudan a la elaboración de diagnósticos personalizados.

 

En el caso de las terapias cerebrales estas tecnologías ayudan a “educar” a distintas conexiones para que sustituyan las funciones de las conexiones dañadas en la medida de lo posible.

 

Con este tipo de tratamientos, el tiempo de mejora de un paciente puede disminuir hasta 50%, el problema es que en el país son pocas las instituciones tanto públicas como privadas que ofrecen este tipo de alternativas.

 

A excepción del Instituto Nacional de Rehabilitación y algunas clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, no existen más instituciones que ofrezcan a los enfermos de pocos recursos la opción de atenderse con terapia biónica o robótica y una sesión en alguna institución privada puede tener un costo de entre dos mil y cuatro mil pesos. Para mostrar avances un enfermo necesita de la menos 12 sesiones.