La constructora española Sacyr informó hoy a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que llegó a un acuerdo para la refinanciación de su deuda en Repsol, lo que supone el fin de su pacto con la empresa mexicana Pemex.

 

Según indicó a la CNMV, Sacyr llegó a un acuerdo con las entidades bancarias para asegurar la refinanciación de su deuda hasta el 31 de enero de 2015 por 2.446 millones de euros (3.180 millones de dólares).

 

Sacyr explicó que la compra por parte de Repsol del 10 por ciento de su participación en la petrolera, que ha permitido cerrar este acuerdo de financiación, supone modificar las bases del pacto que firmaron con la petrolera estatal mexicana Pemex en agosto para unir sus acciones y lo deja “resuelto”.

 

Al respecto, Repsol explicó que había adquirido el 10 % de su capital a un precio “atractivo” de 21,066 euros por acción, con lo que el importe total de la operación se eleva a 2.572 millones de euros, lo que supone un descuento del 5 % respecto al cierre del lunes, cuando los títulos de la petrolera se cambiaban a 22,175 euros.

 

La petrolera ha adquirido los títulos a la banca acreedora de Sacyr Vallehermoso, quien, a su vez, los habría transmitido a las entidades en el marco del proceso de refinanciación de la deuda de 4.900 millones de euros que asumió para controlar el 20 % de Repsol.

 

La operación conllevará la salida del Consejo de Repsol de Luis del Rivero, ex presidente de Sacyr y artífice del acuerdo con Pemex.

 

La decisión de compra fue adoptada por unanimidad por el Consejo de Administración de Repsol en la reunión extraordinaria que celebró el pasado domingo, después de que los bancos acreedores de Sacyr condicionaran la refinanciación parcial del préstamo a la venta de la mitad de su participación en la petrolera.

 

El Consejo de Administración de la petrolera analizará la posibilidad de vender las acciones tanto a inversores institucionales como estratégicos, “que contribuyan al cumplimiento de los objetivos a largo plazo de Repsol”.

 

Adicionalmente, parte de estas acciones podrían ser utilizadas cómo fórmula de remuneración al accionista.

 

La compañía presidida por Antonio Brufau optó por comprar sus propias acciones por considerar que prolongar la incertidumbre provocada por falta de acuerdo entre Sacyr dañaría la cotización de Repsol y tendría efectos negativos adicionales sobre el proyecto de crecimiento de la empresa.

 

“Además, dado el gran número de bancos involucrados y la heterogeneidad de sus planes e intereses era previsible una venta masiva y desordenada de títulos”, explicó hoy la petrolera en un comunicado a la CNMV.

 

“Con esta operación, el Consejo de Administración ratifica su confianza en el valor de la acción y en las favorables perspectivas de crecimiento” de la petrolera, según la misma fuente.

 

Además, añadió la nota, “se dota de una mayor estabilidad a la estructura accionarial de la compañía, lo que permite concentrar todos sus esfuerzos en el desarrollo y ejecución de su estrategia, en interés de todos sus accionistas”.

 

Repsol subrayó que su estructura financiera le permite acometer la compra y que la operación dota de mayor estabilidad a su estructura accionarial, al tiempo que preserva la fortaleza financiera a medio y largo plazo.

 

Por su parte, la constructora dijo que reitera “su compromiso con el interés social de Repsol”. (EFE)