MADRID. El líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, tomó posesión ayer como presidente del Gobierno español tras jurar el cargo ante el rey Juan Carlos y otras autoridades del Estado.

 

El nuevo jefe del Ejecutivo, el sexto de la etapa democrática española, juró su cargo ante un ejemplar de la Biblia, otro de la Constitución y un crucifijo, en presencia de los reyes de España Juan Carlos I y Sofía.

 

Al acto asistieron los presidentes del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, y del Senado, Pío García Escudero, y el presidente saliente, el socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.

 

Rajoy fue investido presidente del Gobierno el martes en el Congreso de los Diputados por 187 votos a favor, 149 en contra y 14 abstenciones, un respaldo por mayoría absoluta que sólo provino de los 185 parlamentarios de su partido a quienes se sumaron dos legisladores de sendas formaciones afines al PP.

 

Asume el cargo de sexto presidente de la democracia española en un momento de profunda crisis económica, con cifras récord de desempleados -él citó el 23 por ciento- y con fuertes presiones en los mercados financieros sobre la deuda soberana de España en los últimos meses que encarecen la financiación del país.

 

Por ello, en su discurso de investidura adelantó que la etapa que comienza con su llegada a La Moncloa será de austeridad y más ajustes, con un compromiso de recortar el déficit público en 2012 en 16 mil 500 millones de euros para cumplir el límite fijado del 4.4 por ciento del PIB.

 

No dijo a qué partidas afectará esa reducción, aunque sí adelantó que la única que subirá es la destinada a las pensiones.

 

“Todas las demás partidas son susceptibles de una revisión a la baja”, advirtió. EFE